Alfa Romeo 156 GTA 3.2 V6 24V Selespeed · 250 CV (2002-2003)

2002
Gasolina
FWD
Manual 6v
Alfa Romeo 156 - Vista 1
Alfa Romeo 156 - Vista 2
Alfa Romeo 156 - Vista 3
Alfa Romeo 156 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Alfa Romeo 156

Potencia

250CV

Par

300Nm

Consumo

12.1l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

6.3s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

1485kg

Precio

43,650

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 6v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

378 L

Depósito

63 L

Potencia

184 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima250 CV / 184 kW
Par máximo300 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito63 L
Maletero378 L

Análisis detallado del Alfa Romeo 156 GTA 3.2 V6 24V Selespeed · 250 CV (2002-2003)

Descripción general

El Alfa Romeo 156 GTA no es simplemente una versión más potente de una berlina; es la reencarnación de una leyenda. Con el regreso de las siglas 'Gran Turismo Alleggerita', Alfa Romeo nos entregó una declaración de intenciones, un coche forjado con la más pura pasión italiana. Su corazón, el inolvidable motor V6 'Busso' de 3.2 litros, no solo impulsa el coche, sino que alimenta el alma de quien lo conduce, prometiendo una experiencia de conducción visceral y auténtica.

Experiencia de conducción

Conducir un 156 GTA es una sinfonía para los sentidos. Al girar la llave, el V6 Busso despierta con un rugido profundo que se transforma en un aullido operístico a medida que la aguja se acerca a las 6200 revoluciones. Los 250 caballos de potencia se desatan sobre el eje delantero de una forma cruda y emocionante, exigiendo respeto y habilidad. La dirección es increíblemente directa y el chasis te comunica cada textura del asfalto, creando una conexión hombre-máquina que se ha perdido en los coches modernos. Cada cambio de marcha con el sistema Selespeed es un evento, un golpe seco y rápido que te sumerge en una fantasía de competición.

Diseño y estética

Walter de'Silva creó una obra de arte con el 156, y la versión GTA la elevó a la categoría de escultura rodante. Su carrocería, ensanchada con sutileza, los parachoques más profundos y agresivos, y las icónicas llantas de 17 pulgadas con diseño 'telefónico', le otorgan una presencia imponente. Es una berlina de cuatro puertas que esconde sus tiradores traseros para simular un coupé, un truco de estilo que acentúa su carácter deportivo. El 156 GTA es la perfecta fusión de elegancia y músculo, un diseño atemporal que sigue girando cabezas y acelerando corazones.

Tecnología y características

Bajo su seductora piel, el 156 GTA es un concentrado de ingeniería enfocada en el puro placer de conducir. El protagonista es su motor V6 de 24 válvulas, una joya mecánica construida íntegramente en aluminio. Para domar la potencia en un tracción delantera, Alfa Romeo implementó una sofisticada suspensión delantera de paralelogramo deformable, una solución técnica avanzada que mejoraba la precisión en curva y mitigaba las pérdidas de tracción. La transmisión Selespeed, con sus levas tras el volante, ofrecía una experiencia de cambio secuencial inspirada en la Fórmula 1, uniendo al conductor con la mecánica de una forma directa y emocionante.

Competencia

A principios de los 2000, el 156 GTA se lanzó a un ruedo dominado por titanes alemanes como el BMW M3 E46 y el Audi S4. Mientras sus rivales apostaban por la tracción total o una mayor potencia bruta, el Alfa Romeo jugaba una carta diferente: la del carácter y la emoción. No era el más rápido en cifras absolutas, pero sí el que ofrecía una experiencia más pasional y orgánica. Era la elección del conductor que buscaba el alma por encima de la efectividad, un coche con un sonido embriagador y un diseño que sus competidores solo podían envidiar.

Conclusión

El Alfa Romeo 156 GTA es mucho más que un coche rápido; es un pedazo de historia, un testamento de una época en la que la emoción era el principal objetivo de los ingenieros. Su glorioso motor, su diseño arrebatador y su conducción exigente pero inmensamente gratificante lo convierten en un objeto de deseo. A pesar de sus conocidos caprichos y la necesidad de un mantenimiento meticuloso, su alma lo compensa todo. Hoy es un clásico moderno, una joya para puristas y un recordatorio de que algunos coches se conducen no solo con las manos, sino también con el corazón.