Aston Martin Rapide · 476 CV (2010)

2010
Gasolina
RWD
Automático 6v
Aston Martin Rapide - Vista 1
Aston Martin Rapide - Vista 2
Aston Martin Rapide - Vista 3
Aston Martin Rapide - Vista 4

Especificaciones y análisis del Aston Martin Rapide

Potencia

476CV

Par

600Nm

Consumo

-l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

5.3s

Vel. Máx.

296km/h

Peso

2065kg

Precio

207,960

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

RWD

Plazas

4 / 5 puertas

Maletero

317 L

Depósito

90 L

Potencia

350 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima476 CV / 350 kW
Par máximo600 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito90 L
Maletero317 L

Análisis detallado del Aston Martin Rapide · 476 CV (2010)

Descripción general

El Aston Martin Rapide de 2010 irrumpió en el panorama automovilístico como una revelación, una audaz declaración de que la belleza y la deportividad no estaban reñidas con la funcionalidad. No era simplemente una berlina; era un superdeportivo de cuatro puertas, un Gran Turismo con el alma de un coupé y el corazón de un majestuoso motor V12 de 5.9 litros. Concebido para quienes se negaban a elegir entre la pasión de la conducción y la necesidad de espacio, el Rapide se convirtió instantáneamente en un icono de elegancia y poder sin compromisos.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Rapide es iniciar un ritual de emociones puras. El rugido del V12 al despertar es una promesa de lo que está por venir: una sinfonía mecánica que te eriza la piel. Con 476 caballos de potencia empujando desde el eje trasero, cada aceleración es un evento memorable, un empuje contundente y lineal que te pega al asiento mientras el paisaje se desdibuja. A pesar de su considerable peso, se siente ágil y plantado en la carretera gracias a un chasis soberbio y una suspensión que equilibra magistralmente el confort y la deportividad. Es una máquina que te invita a devorar kilómetros con una compostura imperial.

Diseño y estética

Visualmente, el Aston Martin Rapide es una obra de arte en movimiento. Sus líneas son fluidas, musculosas y perfectamente proporcionadas, logrando la casi imposible tarea de integrar cuatro puertas en una silueta de coupé sin sacrificar un ápice de la belleza característica de la marca. Cada curva, desde el icónico frontal hasta la elegante zaga, está diseñada para seducir la mirada. El interior es un santuario de lujo artesanal, donde el cuero más fino y el aluminio pulido crean una atmósfera única, envolviendo a sus cuatro ocupantes en un entorno de exclusividad sublime.

Tecnología y características

En su época, el Rapide representaba un notable despliegue tecnológico, aunque siempre al servicio de la experiencia de conducción. Su chasis de aluminio pegado, una técnica heredada de la aeronáutica, le confería una rigidez estructural excepcional. La suspensión adaptativa permitía transformar su carácter con solo tocar un botón, pasando de un cómodo viajero a un deportivo preciso. El sistema de frenos, con discos de enormes dimensiones, garantizaba una capacidad de detención a la altura de sus prestaciones. El verdadero alarde tecnológico residía en la ingeniería de su motor y en la perfecta armonía de todos sus componentes mecánicos.

Competencia

En el exclusivo club de las berlinas superdeportivas, el Aston Martin Rapide se enfrentó a titanes como el Porsche Panamera y el Maserati Quattroporte. Mientras el Panamera ofrecía una eficacia casi clínica y una tecnología abrumadora, y el Quattroporte seducía con su temperamento italiano, el Rapide jugaba en su propia liga. Su propuesta se basaba en la exclusividad británica, el carisma inigualable de su motor V12 atmosférico y una elegancia atemporal que lo distinguía de cualquier otro. Era la elección del conocedor que buscaba una pieza de arte automotriz.

Conclusión

El Aston Martin Rapide de 2010 no es solo un coche, es una experiencia sensorial completa y un objeto de deseo atemporal. Representa la culminación del concepto Gran Turismo, un vehículo capaz de cruzar continentes con una velocidad y un confort extraordinarios, sin renunciar jamás al alma de un verdadero deportivo. Es un testimonio rodante de que la funcionalidad no tiene por qué sacrificar la belleza ni la pasión. Un futuro clásico que, más de una década después, sigue acelerando el pulso y girando cabezas a su paso.