Aston Martin Vantage V12 Roadster · 517 CV (2012-2013)

2005
Gasolina
RWD
Manual 6v
Aston Martin Vantage - Vista 1
Aston Martin Vantage - Vista 2
Aston Martin Vantage - Vista 3
Aston Martin Vantage - Vista 4

Especificaciones y análisis del Aston Martin Vantage

Potencia

517CV

Par

570Nm

Consumo

16.4l/100

Emisiones

388g/km

0-100 km/h

4.5s

Vel. Máx.

305km/h

Peso

1835kg

Precio

232,372

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 6v

Tracción

RWD

Plazas

2 / 2 puertas

Maletero

144 L

Depósito

80 L

Potencia

380 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima517 CV / 380 kW
Par máximo570 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito80 L
Maletero144 L

Análisis detallado del Aston Martin Vantage V12 Roadster · 517 CV (2012-2013)

Descripción general

El Aston Martin Vantage V12 Roadster no es simplemente un coche; es una declaración de principios, una oda a la conducción en su estado más puro. Representa la culminación de una era, combinando la fuerza bruta de un motor V12 atmosférico con la libertad de una carrocería descapotable y la conexión total de una caja de cambios manual. Es la esencia del gran turismo británico, concentrada en una escultura rodante que promete emociones inolvidables.

Experiencia de conducción

Pulsar el botón de arranque es despertar a una bestia de 517 caballos. El rugido del V12 de 5.9 litros inunda el habitáculo y el alma, una sinfonía mecánica que se convierte en adicción. Cada cambio de marcha con la transmisión manual de seis velocidades es un acto deliberado y gratificante, conectándote directamente con la máquina. La tracción trasera te exige respeto y habilidad, pero te recompensa con una agilidad y un control que te hacen sentir uno con el asfalto. Acelerar de 0 a 100 km/h en 4.5 segundos a cielo abierto es una experiencia visceral, donde el viento, el sonido y la velocidad se fusionan en un torrente de adrenalina pura.

Diseño y estética

Su diseño es pura seducción británica. Las líneas fluidas y musculosas esculpen una silueta atemporal que destila elegancia y agresividad a partes iguales. El largo capó que alberga el majestuoso V12, la cabina retrasada y una zaga corta y contundente crean proporciones perfectas. Cada detalle, desde la icónica parrilla delantera hasta las branquias laterales, es una obra de arte. Como roadster, su capota de lona añade un toque de romanticismo clásico, pero es al descubrirlo cuando su verdadera y espectacular belleza se revela por completo.

Tecnología y características

Aquí la tecnología está al servicio de la emoción, no de la distracción. El corazón es un motor V12 de aspiración natural, una joya de la ingeniería clásica construida en aluminio, sin las complejidades de la hibridación o el start-stop. El chasis, con suspensiones de paralelogramo deformable y una dirección hidráulica sensible a la velocidad, busca la comunicación directa con el conductor. Los enormes frenos de disco ventilados aseguran una potencia de detención a la altura de sus prestaciones. El interior es un santuario de cuero y metal, donde la artesanía prima sobre las pantallas digitales, creando un ambiente lujoso y enfocado en el placer de conducir.

Competencia

En su época, se enfrentó a titanes como el Ferrari 458 Spider o el Porsche 911 Turbo S Cabriolet. Mientras el Ferrari ofrecía la exótica configuración de motor central y una tecnología más vanguardista, y el Porsche la eficacia implacable de la tracción total, el Aston Martin jugaba en su propia liga. Ofrecía una propuesta única: la combinación de un motor V12 delantero, una caja manual y el alma de un 'muscle car' vestido con un traje de Savile Row. Era la opción para el purista que buscaba carácter y alma por encima de la última décima de segundo en el circuito.

Conclusión

El Vantage V12 Roadster es mucho más que un coche deportivo; es una pieza de historia del automóvil, un testamento a una forma de entender la conducción que se desvanece. Es uno de los últimos estandartes de la era analógica, un vehículo que exige ser conducido, no simplemente operado. Su valor no reside solo en su rendimiento o su belleza, sino en la intensidad de las sensaciones que provoca. Es una inversión en felicidad, un futuro clásico indiscutible y una máquina que te recordará en cada kilómetro por qué te apasionan los coches.