Bentley Continental Flying Spur · 560 CV (2008-2010)

2008
Gasolina
AWD
Automático 6v

Especificaciones y análisis del Bentley Continental Flying Spur

Potencia

560CV

Par

650Nm

Consumo

16.6l/100

Emisiones

396g/km

0-100 km/h

5.2s

Vel. Máx.

312km/h

Peso

2515kg

Precio

195,733

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

475 L

Depósito

90 L

Potencia

412 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima560 CV / 412 kW
Par máximo650 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito90 L
Maletero475 L

Análisis detallado del Bentley Continental Flying Spur · 560 CV (2008-2010)

Descripción general

El Bentley Continental Flying Spur de 2008 no es simplemente un coche, es una declaración de intenciones rodante. En una época donde la opulencia y la potencia sin concesiones definían el lujo, este sedán se erigió como un coloso, combinando la herencia aristocrática de Bentley con la ingeniería alemana del Grupo Volkswagen. Es la materialización del gran turismo en formato de berlina, un vehículo diseñado para cruzar continentes a velocidades vertiginosas sin que sus ocupantes apenas se inmuten.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Flying Spur es una experiencia que redefine el concepto de poder. El motor W12 de 6.0 litros y 560 caballos de vapor no ruge, sino que emite un murmullo profundo y poderoso que se convierte en un bramido celestial al pisar el acelerador. A pesar de sus más de 2.5 toneladas, la aceleración es implacable y te pega al asiento con una fuerza sostenida y casi infinita. La tracción total permanente y la suspensión neumática crean una sensación de alfombra mágica, un aislamiento casi total del asfalto que te hace sentir invulnerable. No es un deportivo ágil, es un tren de alta velocidad privado que devora kilómetros con una compostura y un silencio que emocionan.

Diseño y estética

Su diseño es una oda a la elegancia atemporal y a la presencia imponente. Con casi 5.3 metros de longitud, su silueta es majestuosa y musculosa, una perfecta armonía entre líneas clásicas y una tensión moderna. Pero es al abrir la puerta cuando el corazón se detiene. El habitáculo es un santuario de artesanía, un mundo donde la madera noble pulida a mano, el cuero más exquisito y el metal frío se unen en una sinfonía para los sentidos. Cada interruptor, cada costura, cada detalle respira un lujo auténtico, una dedicación por el trabajo bien hecho que te transporta a un nivel superior de confort y exclusividad.

Tecnología y características

Bajo su piel clásica, el Flying Spur escondía tecnología avanzada para su tiempo, siempre al servicio del confort y la seguridad. El corazón de su dinámica es el sofisticado sistema de tracción total, que garantiza una motricidad impecable en cualquier circunstancia, y la suspensión neumática con control de amortiguación continuo, que lee la carretera para ofrecer un viaje sublime. La dirección con asistencia variable según la velocidad y los enormes frenos de disco ventilados de 405 mm en el eje delantero aseguran un control absoluto sobre esta mole de lujo y prestaciones, demostrando que la tecnología puede ser discreta pero inmensamente efectiva.

Competencia

En el olimpo automovilístico de 2008, el Flying Spur no tenía muchos rivales, pero los que había eran de un calibre extraordinario. Se enfrentaba directamente al Rolls-Royce Phantom, el epítome del lujo y la opulencia pensados para el pasajero, y al Maybach 57, otro gigante alemán que buscaba redefinir la experiencia de viajar en primera clase. Frente a ellos, el Bentley siempre ofreció una propuesta más orientada al conductor, un equilibrio más pasional entre el confort absoluto de una limusina y las prestaciones de un superdeportivo, atrayendo a aquellos que no solo querían ser llevados, sino también disfrutar del placer de dominar la carretera.

Conclusión

El Bentley Continental Flying Spur es mucho más que la suma de sus partes. Es un monumento a una era dorada del automóvil, un testamento del poderío del motor de combustión y de la artesanía sin límites. Conducirlo o simplemente viajar en él es una experiencia emocional, un recordatorio de que un coche puede ser una obra de arte funcional. Representa la fusión perfecta entre la fuerza bruta y el refinamiento más exquisito, un futuro clásico que siempre evocará una sensación de poder, prestigio y un lujo que trasciende el tiempo.