BMW 130i Aut. · 265 CV (2006-2007)

2004
Gasolina
RWD
Automático 6v
BMW Serie 1 - Vista 1
BMW Serie 1 - Vista 2
BMW Serie 1 - Vista 3
BMW Serie 1 - Vista 4

Especificaciones y análisis del BMW Serie 1

Potencia

265CV

Par

315Nm

Consumo

9.4l/100

Emisiones

226g/km

0-100 km/h

6.3s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

1465kg

Precio

40,663

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

RWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

330 L

Depósito

53 L

Potencia

195 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima265 CV / 195 kW
Par máximo315 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito53 L
Maletero330 L

Análisis detallado del BMW 130i Aut. · 265 CV (2006-2007)

Descripción general

El BMW 130i de la generación E87 es mucho más que un simple compacto; es una declaración de intenciones, una joya de la ingeniería alemana que encapsula la esencia más pura de la conducción. En una época en la que sus rivales apostaban por la tracción total, BMW se atrevió a crear un hatchback con un corazón enorme: un motor de seis cilindros en línea, 265 caballos y propulsión trasera. Es un coche nacido para emocionar, un lobo con piel de cordero que hoy se siente como una especie en extinción.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del 130i es una experiencia visceral. El simple hecho de arrancar el motor de tres litros y escuchar el bramido melódico del seis cilindros te transporta a otra dimensión. Cada aceleración es un empuje contundente y lineal que te pega al asiento, acompañado de una banda sonora adictiva que sube de tono hasta las 6600 rpm. La propulsión trasera le confiere una agilidad y un equilibrio soberbios; sientes cómo el coche pivota a tu alrededor en las curvas, con una dirección precisa que comunica cada detalle del asfalto. Es un coche que te invita a conducir, que te recompensa con sensaciones puras y una conexión mecánica casi olvidada en los coches modernos.

Diseño y estética

Su diseño, obra de Chris Bangle, fue controvertido en su día, pero el tiempo le ha sentado maravillosamente. Sus proporciones son únicas, con un capó alargado para albergar el motor longitudinal y una cabina retrasada que grita 'propulsión trasera'. Es un coche compacto pero musculoso, con una presencia que impone. Por dentro, el habitáculo es típicamente BMW: sobrio, enfocado en el conductor y con materiales de alta calidad que han resistido bien el paso de los años. El espacio trasero y el maletero de 330 litros son justos, el precio a pagar por priorizar la dinámica de conducción sobre la practicidad.

Tecnología y características

La verdadera proeza tecnológica de este coche reside en su mecánica. El motor N52, con su bloque de aluminio y magnesio, era una obra de arte en ligereza y eficiencia para su época. La inyección indirecta y la admisión variable garantizaban una entrega de potencia suave y contundente. Aunque hoy su tecnología de infoentretenimiento pueda parecer anticuada, su chasis con suspensión trasera de paralelogramo deformable y un reparto de pesos casi perfecto sigue siendo una lección magistral de ingeniería automotriz. La caja automática de 6 velocidades, aunque no tan rápida como las actuales, ofrece un buen compromiso entre confort y deportividad.

Competencia

En su lanzamiento, sus principales adversarios eran el Audi A3 3.2 V6 quattro y el Volkswagen Golf R32. Ambos ofrecían potencias similares con motores de seis cilindros, pero su arquitectura basada en la tracción delantera con sistemas de tracción total les daba un carácter muy diferente. Eran increíblemente eficaces y rápidos, pero carecían de la pureza y el alma juguetona de la propulsión trasera del BMW. El 130i no competía en eficacia pura sobre superficies deslizantes, sino en el terreno de las sensaciones y la diversión al volante, donde era el rey indiscutible.

Conclusión

El BMW 130i es un coche para puristas, una máquina que celebra la conducción en su estado más auténtico. Es un futuro clásico que representa una fórmula mágica que difícilmente volveremos a ver: motor grande, atmosférico, carrocería pequeña y propulsión. Sacrifica algo de espacio por ofrecer un torrente de emociones y una conexión hombre-máquina inolvidable. No es solo un medio de transporte, es una fuente de felicidad para quien de verdad ama conducir. Una pieza de colección que todavía se puede disfrutar a diario.