Especificaciones y análisis del Chrysler Grand Voyager
Potencia
163CV
Par
360Nm
Consumo
8.4l/100
Emisiones
222g/km
0-100 km/h
12.8s
Vel. Máx.
185km/h
Peso
2100kg
Precio
40,500€
Resumen técnico
Gasóleo
Automático 6v
FWD
7 / 5 puertas
- L
76 L
120 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Grand Voyager Touring 2.8 CRD · 163 CV (2010-2011)
Descripción general
El Chrysler Grand Voyager no es solo un monovolumen, es una declaración de intenciones. Es el sueño americano sobre ruedas, concebido para devorar kilómetros con la familia a bordo, transformando cada viaje en una aventura memorable. Su presencia imponente en la carretera evoca una sensación de libertad y espacio sin límites, un refugio rodante para los que valoran el confort por encima de todo.
Experiencia de conducción
Al volante, el Grand Voyager te envuelve en una atmósfera de tranquilidad. Su motor diésel 2.8 CRD de 163 CV, con un generoso par de 360 Nm desde bajas vueltas, mueve sus más de dos toneladas con una solvencia sorprendente, sin estridencias. La caja de cambios automática de 6 velocidades gestiona la potencia con suavidad, priorizando un crucero relajado en autopista. No busques deportividad en sus 12.8 segundos para alcanzar los 100 km/h, sino la promesa de un viaje sereno y confortable, donde el destino es tan importante como el propio trayecto.
Diseño y estética
Su diseño es inconfundiblemente americano: grande, audaz y funcional. Sus más de 5.1 metros de longitud se traducen en un interior cavernoso, un auténtico salón sobre ruedas donde siete pasajeros viajan con un espacio real y generoso. La modularidad de sus asientos y las puertas correderas eléctricas son un golpe de genialidad que te hace la vida más fácil, demostrando que cada centímetro ha sido pensado para maximizar la comodidad y la practicidad familiar.
Tecnología y características
Aunque su tecnología no pueda competir con los estándares actuales, en su momento ofrecía soluciones inteligentes para el confort a bordo. El sistema de infoentretenimiento, junto con la climatización por zonas y las puertas automáticas, creaba un ambiente acogedor y funcional. El corazón tecnológico reside en su robusto motor common-rail y una transmisión automática que, juntos, forman un conjunto pensado para la larga distancia.
Competencia
En un mercado dominado por propuestas europeas como el Renault Espace o el Ford Galaxy, el Grand Voyager jugaba en su propia liga. Ofrecía una visión diferente del monovolumen, más centrada en el espacio bruto y el confort de marcha al estilo americano. Mientras sus rivales buscaban un compromiso con el dinamismo, el Chrysler se mantenía fiel a su esencia de crucero transcontinental.
Conclusión
El Chrysler Grand Voyager es mucho más que un vehículo; es una experiencia. Es la elección del corazón para familias que entienden el viaje como parte de la vida. Su inmenso espacio, su confort de marcha y su carácter único lo convierten en un clásico atemporal para los amantes de los grandes viajes. A pesar de un consumo elevado y una agilidad limitada en ciudad, la sensación de reinar en la carretera con los tuyos a bordo es una recompensa que pocos coches pueden ofrecer.




