Especificaciones y análisis del Chrysler Neon
Potencia
116CV
Par
157Nm
Consumo
7.3l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
10.2s
Vel. Máx.
185km/h
Peso
1225kg
Precio
14,124€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
371 L
47 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Neon SE 1.6 · 116 CV (2001-2004)
Descripción general
El Chrysler Neon de principios de los 2000 fue un soplo de aire fresco y desenfadado en el serio segmento de las berlinas compactas. Con su carismático diseño y un alma que fusionaba el pragmatismo europeo con el carácter americano, este coche no buscaba ser uno más, sino dejar una huella de simpatía y sencillez en el asfalto.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Neon es reencontrarse con una conducción pura y directa. Su motor de 1.6 litros y 116 caballos se siente voluntarioso y lleno de vida, especialmente al jugar con su cambio manual de cinco velocidades. No es un deportivo, pero su agilidad y su respuesta sincera te sacan una sonrisa en cada trayecto, recordándote el placer de sentir la carretera sin filtros electrónicos de por medio.
Diseño y estética
Visualmente, el Neon era inconfundible. Su diseño 'cab-forward' con faros redondos y una silueta suave y redondeada le confería una apariencia amigable y optimista. Rompía con la sobriedad de sus rivales, ofreciendo un espacio interior generoso y una estética que, aún hoy, evoca una época de mayor atrevimiento y originalidad en el diseño automotriz.
Tecnología y características
La tecnología del Neon era un reflejo de su filosofía: simple, probada y funcional. Lejos de complejos sistemas electrónicos, apostaba por una mecánica robusta y fiable, con un motor de inyección indirecta y un chasis equilibrado con suspensión McPherson en ambos ejes. Era un coche construido para durar y ser fácil de mantener, donde la ingeniería estaba al servicio de la experiencia de conducción, no de los adornos.
Competencia
En su tiempo, el Neon se enfrentó a gigantes europeos y japoneses como el Ford Focus Sedán, el Volkswagen Bora o el Honda Civic. Mientras sus competidores apostaban por la sobriedad y la perfección alemana o la fiabilidad japonesa, el Neon jugaba la carta de la diferenciación, ofreciendo un carácter único y un diseño con personalidad que lo convertían en una alternativa para quienes buscaban algo más que un simple medio de transporte.
Conclusión
El Chrysler Neon es más que un coche; es el recuerdo de una época en la que la personalidad importaba. Fue una valiente declaración de intenciones, un sedán práctico con el corazón de un coche que quería ser diferente. Quizás no fuera el más refinado ni el más avanzado, pero su honestidad mecánica y su encanto estético lo convierten en un clásico moderno que se gana el afecto por su autenticidad.
