Especificaciones y análisis del Chrysler Voyager
Potencia
174CV
Par
278Nm
Consumo
13.3l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
-s
Vel. Máx.
179km/h
Peso
-kg
Precio
43,290€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 4v
FWD
7 / 5 puertas
1554 L
75 L
128 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Grand Voyager LX 3.3 · 174 CV (2004-2005)
Descripción general
El Chrysler Grand Voyager de 2004 no es solo un monovolumen, es el recuerdo de una época y la promesa de aventuras en familia. Un vehículo que llenó las carreteras con su imponente presencia americana, diseñado con un único propósito: ofrecer un espacio sin igual para viajar sin límites, convirtiendo cada trayecto en una experiencia compartida.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Grand Voyager es como tomar el timón de un barco tranquilo en un mar en calma. Su motor V6 de 3.3 litros y 174 CV no busca la adrenalina, sino la suavidad y la entrega de potencia constante. La transmisión automática de 4 velocidades fluye sin brusquedad, invitando a una conducción relajada. Se siente pesado, estable y sumamente cómodo, absorbiendo las imperfecciones del asfalto para que los pasajeros apenas las noten. Es el sonido de un motor grande y la sensación de flotar sobre la carretera lo que define su carácter, un devorador de kilómetros nato, aunque su sed de gasolina nos recuerde su origen y su época.
Diseño y estética
Su diseño es una declaración de intenciones: la función por encima de la forma. Con más de cinco metros de largo, su silueta es masiva y rectangular, pero emana una robustez y una practicidad innegables. Las puertas correderas son una bendición para las familias, y su interior es una caverna de espacio. Siete plazas reales y un maletero gigantesco incluso con todos los asientos en uso. Los materiales y acabados son típicamente americanos, priorizando la durabilidad y el confort sobre el lujo refinado. Es un hogar sobre ruedas, diseñado desde dentro hacia fuera.
Tecnología y características
La tecnología del Grand Voyager de 2004 es la de la simplicidad y la fiabilidad probada. No encontrarás pantallas táctiles ni asistentes de conducción avanzados. Su corazón tecnológico reside en su robusto motor V6 y en su suave cambio por convertidor de par. El equipamiento de confort, como el climatizador o el control de crucero, estaba pensado para hacer los largos viajes más placenteros. Es un coche analógico en un mundo cada vez más digital, un recordatorio de que a veces, menos es más.
Competencia
En su apogeo, se enfrentó a los grandes monovolúmenes europeos como el Renault Espace, el Peugeot 807 o el Volkswagen Sharan. Sin embargo, el Voyager jugaba en su propia liga. Mientras sus rivales apostaban por motores diésel más eficientes y un comportamiento más ágil, el Chrysler ofrecía una experiencia diferente: el encanto de un V6 de gasolina, un espacio interior colosal y ese inconfundible sabor americano que lo hacía único y deseable para quienes buscaban algo más que un simple transporte familiar.
Conclusión
El Chrysler Grand Voyager es mucho más que un coche; es un icono de los viajes en familia. Representa la libertad de cargar todo lo necesario y lanzarse a la carretera sin mirar atrás. Su legado es el de haber sido el cómplice de innumerables recuerdos, un santuario de confort y espacio. Aunque sus consumos y su agilidad no se ajusten a los estándares actuales, su alma de viajero incansable sigue intacta, evocando una nostalgia profunda por una forma de viajar que priorizaba la experiencia compartida por encima de todo.




