Especificaciones y análisis del Citroën C5
Potencia
116CV
Par
160Nm
Consumo
8.4l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13.1s
Vel. Máx.
193km/h
Peso
1315kg
Precio
21,768€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 4v
FWD
5 / 5 puertas
456 L
66 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Citroën C5 1.8i 16v 117 cv SX Caja automática secuencial (2001)
Descripción general
El Citroën C5 de 2001 no era solo un coche; era la promesa de un viaje en una alfombra mágica. Heredero del legendario Xantia, esta berlina llegó para redefinir el confort en su segmento, envolviendo a sus ocupantes en una atmósfera de tranquilidad única. Con su motor de 1.8 litros y 116 caballos, asociado a una suave caja de cambios automática, su propósito no era la velocidad, sino la serenidad en cada kilómetro.
Experiencia de conducción
Conducir este C5 es una experiencia que se siente en el alma. La suspensión Hidractiva 3 te aísla del mundo exterior, transformando baches y asfaltos rotos en meras caricias. Es una sensación de flotar, de deslizarse sin esfuerzo sobre la carretera. El motor, aunque modesto en cifras, entrega su potencia con una calma exquisita, y el cambio automático de cuatro velocidades trabaja sin sobresaltos, invitando a una conducción relajada y placentera. No busques adrenalina, aquí encontrarás paz.
Diseño y estética
Su diseño es una declaración de intenciones. Con sus formas redondeadas y su imponente silueta de cinco puertas, el C5 de primera generación se desmarcaba de sus rivales con una personalidad inconfundible. No buscaba la agresividad, sino una elegancia fluida y funcional. Por dentro, el espacio es generoso y los asientos son auténticos butacones, diseñados para acoger el cuerpo en largos trayectos y hacer que cada viaje se sienta como estar en el salón de casa.
Tecnología y características
La verdadera joya tecnológica de este coche es su suspensión Hidractiva 3, un sistema casi mágico que adaptaba la altura y la dureza para ofrecer un confort soberbio en cualquier circunstancia. Más allá de esta proeza de la ingeniería, para su época venía bien equipado, con elementos que hoy son comunes pero que en 2001 marcaban la diferencia, como el climatizador automático o los sensores de lluvia, demostrando el compromiso de Citroën con la innovación al servicio del bienestar.
Competencia
En un mercado competido, el C5 se enfrentaba a gigantes como el Ford Mondeo, el Volkswagen Passat o sus compatriotas, el Renault Laguna y el Peugeot 406. Mientras sus rivales apostaban por el dinamismo o un equilibrio más convencional, el Citroën jugaba una carta única e imbatible: la del confort absoluto. Era la elección para quien no quería sentir la carretera, sino simplemente disfrutar del destino.
Conclusión
El Citroën C5 de 2001 es un coche que se elige con el corazón. Es un refugio rodante, una oda al viaje tranquilo y placentero. Su carácter no reside en la potencia bruta ni en un comportamiento deportivo, sino en su capacidad para cuidar de sus pasajeros como ningún otro. Representa una filosofía de automoción que prioriza el bienestar por encima de todo, un legado de Citroën que enamora a quienes entienden que el verdadero lujo es la comodidad.




