Especificaciones y análisis del Citroën C5
Potencia
125CV
Par
170Nm
Consumo
7.6l/100
Emisiones
177g/km
0-100 km/h
10s
Vel. Máx.
201km/h
Peso
1452kg
Precio
18,530€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
471 L
66 L
92 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Citroën C5 1.8i 16v 125cv Audace (2008)
Descripción general
El Citroën C5 de 2005 es más que una berlina; es la encarnación de una filosofía automovilística que prioriza el bienestar a bordo por encima de todo. En un mercado competitivo, este coche se erigió como un refugio rodante, una declaración de intenciones de Citroën para ofrecer un confort de marcha que simplemente no se encontraba en otros vehículos de su clase.
Experiencia de conducción
Conducir este C5 es una experiencia que te aísla del mundo exterior. La sensación es la de flotar sobre el asfalto, gracias a su legendaria suspensión hidroneumática que absorbe las imperfecciones con una suavidad mágica. El motor de 125 caballos responde con suficiencia para el día a día, sin pretensiones deportivas, invitando a una conducción tranquila y relajada. Cada viaje se convierte en un momento de paz, donde el estrés de la carretera se disuelve antes de llegar a ti.
Diseño y estética
Su diseño exterior, con esa silueta fluida y una trasera distintiva, posee una elegancia atemporal y genuinamente francesa. No grita para llamar la atención, sino que seduce con sus formas suaves y su porte señorial. Por dentro, el espacio es generoso y la luz inunda el habitáculo, creando una atmósfera acogedora y amplia. Los materiales y el diseño del salpicadero buscan la funcionalidad y el confort visual, haciendo que te sientas en el salón de tu casa.
Tecnología y características
La verdadera joya tecnológica de este C5 es, sin duda, su sistema de suspensión activa. Era una proeza de la ingeniería capaz de adaptar la altura y la dureza en tiempo real, algo que sus competidores directos no podían ofrecer. Más allá de eso, incorporaba elementos de seguridad y confort avanzados para su época, como el climatizador o los controles de estabilidad, demostrando que la innovación de Citroën iba más allá de su chasis.
Competencia
En su tiempo, se enfrentó a gigantes como el Ford Mondeo, el Volkswagen Passat o su compatriota, el Peugeot 407. Mientras que sus rivales apostaban por el dinamismo o la sobriedad alemana, el C5 jugaba en su propia liga: la del confort absoluto. Ninguno de ellos podía replicar esa sensación de alfombra voladora, convirtiéndolo en la elección de aquellos que buscaban una experiencia de viaje superior y diferente.
Conclusión
El Citroën C5 no es un coche para todos, y esa es precisamente su mayor virtud. Es una berlina con una personalidad arrolladora, diseñada para quienes entienden que el verdadero lujo no es la velocidad, sino la serenidad. Es un clásico moderno que representa una forma de entender el automóvil que hoy, lamentablemente, parece perdida. Un coche para disfrutar del trayecto tanto o más que del destino.




