Dacia Logan Laureate 1.5 dCi 70 CV Colección 2 (2006-2008)

2007
Gasóleo
FWD
Manual 5v
Dacia Logan - Vista 1
Dacia Logan - Vista 2
Dacia Logan - Vista 3
Dacia Logan - Vista 4

Especificaciones y análisis del Dacia Logan

Potencia

68CV

Par

160Nm

Consumo

4.7l/100

Emisiones

125g/km

0-100 km/h

15.5s

Vel. Máx.

155km/h

Peso

1140kg

Precio

10,950

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

510 L

Depósito

50 L

Potencia

50 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima68 CV / 50 kW
Par máximo160 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito50 L
Maletero510 L

Análisis detallado del Dacia Logan Laureate 1.5 dCi 70 CV Colección 2 (2006-2008)

Descripción general

El Dacia Logan de 2007 no es solo un coche, es el manifiesto de una revolución. En una época donde los precios no dejaban de subir, Dacia, de la mano de Renault, irrumpió en el mercado con una propuesta honesta y demoledora: un coche nuevo, espacioso y fiable por el precio de uno de segunda mano. Este Logan, con su motor diésel 1.5 dCi de 68 caballos, encarna a la perfección esa filosofía de movilidad inteligente y accesible que cambió las reglas del juego para siempre.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Logan es una lección de pragmatismo. No busques una aceleración fulgurante ni un paso por curva vertiginoso; sus 68 caballos y 15.5 segundos para alcanzar los 100 km/h te invitan a una conducción tranquila y serena. Es ahí donde reside su encanto. El motor diésel, con un par motor disponible desde bajas vueltas, se mueve con soltura en el día a día y te regala unos consumos ridículos de 4.7 litros a los 100 km. La suspensión, orientada al confort, filtra las irregularidades con una eficacia sorprendente, transmitiendo una sensación de robustez inquebrantable, como si estuviera hecho para durar toda la vida.

Diseño y estética

El diseño del Dacia Logan es un canto a la función sobre la forma. Sus líneas rectas y su notable altura no buscan enamorar a primera vista, sino maximizar el espacio interior y la practicidad. Cada trazo está justificado por la necesidad de ofrecer una habitabilidad récord y un maletero gigantesco de 510 litros, propio de segmentos muy superiores. Los materiales del interior son sencillos y duros, pensados para resistir el paso del tiempo y el trato exigente. Su belleza no es estética, sino conceptual: es la belleza de la inteligencia y la honestidad brutal.

Tecnología y características

La tecnología en el Logan se reduce a la mínima expresión necesaria, una decisión consciente para mantener su precio rompedor. El corazón del coche, su motor 1.5 dCi con inyección directa por conducto común y turbo, era una mecánica moderna y eficiente para su tiempo, probada y fiable. Más allá de eso, el equipamiento es espartano. No encontrarás pantallas táctiles ni asistentes de conducción avanzados, solo lo imprescindible para un viaje seguro y confortable. Es un coche que te recuerda que para viajar del punto A al B, a menudo, menos es más.

Competencia

En el momento de su lanzamiento, el Dacia Logan jugaba en una liga propia. Sus rivales directos no eran otros coches nuevos de su tamaño, sino el mercado de vehículos de ocasión. Por un precio similar, la alternativa era un coche usado, con más kilómetros y sin la garantía y tranquilidad que ofrece un vehículo a estrenar. Si bien se podía comparar con versiones de acceso de modelos como el Fiat Albea o el Chevrolet Aveo, ninguno podía competir con la imbatible relación entre espacio, precio y robustez que proponía el Logan.

Conclusión

El Dacia Logan 1.5 dCi es una de las compras más inteligentes que se podían hacer en su momento, y sigue siendo un vehículo admirable por su concepto. Es un coche que no apela a la pasión, sino a la razón. Te conquista con su lógica aplastante: un consumo mínimo, un espacio interior y de carga colosal y una mecánica a prueba de bombas. Representa la satisfacción de haber elegido bien, de tener un compañero fiel y económico que cumple su promesa sin pedir nada a cambio. Es, en esencia, la victoria de lo práctico sobre lo superfluo.