Dodge Caliber SRT4 2.4 · 295 CV (2008-2010)

2006
Gasolina
FWD
Manual 6v
Dodge Caliber - Vista 1
Dodge Caliber - Vista 2
Dodge Caliber - Vista 3
Dodge Caliber - Vista 4

Especificaciones y análisis del Dodge Caliber

Potencia

295CV

Par

363Nm

Consumo

8.9l/100

Emisiones

211g/km

0-100 km/h

6.7s

Vel. Máx.

245km/h

Peso

1505kg

Precio

34,888

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 6v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

352 L

Depósito

51 L

Potencia

217 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima295 CV / 217 kW
Par máximo363 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito51 L
Maletero352 L

Análisis detallado del Dodge Caliber SRT4 2.4 · 295 CV (2008-2010)

Descripción general

El Dodge Caliber SRT4 irrumpió en el mercado como un misil tierra-tierra con matrícula. En una época dominada por compactos deportivos europeos refinados, Dodge lanzó un desafío brutalmente americano: un crossover compacto con el corazón de un muscle car, entregando 295 caballos de potencia salvaje directamente a las ruedas delanteras. No era un coche, era una declaración de intenciones, una bestia exótica y visceral que prometía emociones fuertes y sin filtros.

Experiencia de conducción

Conducir el SRT4 es una batalla gloriosa contra la física. Al pisar el acelerador, sientes una breve pausa antes de que el turbo despierte y desate un torrente de par motor que trata de arrancarte el volante de las manos. El 'torque steer' es tu compañero constante, exigiéndote respeto y concentración. El sonido es adictivo, una mezcla del silbido del turbo y un escape gutural que no pide disculpas. Cada cambio de su caja manual de seis velocidades es un acto mecánico y deliberado. No es un coche de precisión quirúrgica, es un martillo pilón que te golpea el pecho con una aceleración brutal y te hace sonreír con nerviosismo y pura adrenalina.

Diseño y estética

Su estética es tan polarizante como su conducción. La base es un Caliber, un crossover de aspecto bonachón, pero la división SRT lo transformó en una máquina amenazante. La gigantesca toma de aire en el capó no es un adorno, alimenta a la bestia que vive debajo. Las llantas de 19 pulgadas, el paragolpes agresivo y la salida de escape central gritan 'rendimiento'. Por dentro, la emoción se enfría con un mar de plásticos duros, un recordatorio de su origen humilde. Sin embargo, los asientos deportivos tipo baquet te abrazan con fuerza, preparándote para la tormenta que estás a punto de desatar.

Tecnología y características

La tecnología en el Caliber SRT4 se mide en bares de presión del turbo, no en pulgadas de pantalla. Es un coche deliciosamente analógico en un mundo que empezaba a digitalizarse. Olvídate de sistemas de infoentretenimiento avanzados o asistentes de conducción sutiles. Su arsenal tecnológico es puramente mecánico: un motor de 2.4 litros con turbo e intercooler, frenos de gran tamaño y una suspensión rebajada y endurecida. Es una máquina que te conecta directamente con el asfalto, sin intermediarios electrónicos que diluyan la experiencia.

Competencia

Se enfrentó a leyendas europeas como el Volkswagen Golf GTI, el Ford Focus ST o el Renault Mégane RS. Mientras sus rivales ofrecían un equilibrio sublime entre rendimiento, manejo y calidad, el Dodge Caliber SRT4 apostaba todo a una sola carta: la potencia bruta. Ofrecía más caballos por cada euro, pero sacrificaba la finura del chasis y la calidad interior. Era la opción para quien no buscaba el tiempo de vuelta perfecto, sino la aceleración más visceral y la apariencia más intimidante del aparcamiento.

Conclusión

El Dodge Caliber SRT4 es un coche de culto, un unicornio imperfecto pero inolvidable. Es ruidoso, exigente, gastador y su interior deja que desear. Pero todo eso se olvida en el instante en que el turbo carga y te catapulta hacia el horizonte. Es un coche con un alma inmensa, un carácter rebelde que se niega a ser domesticado. No es una elección racional, es una decisión puramente pasional para quien valora la emoción cruda por encima de todo. Una joya rara y brutalmente honesta.