Especificaciones y análisis del Dodge Viper
Potencia
506CV
Par
712Nm
Consumo
21.1l/100
Emisiones
489g/km
0-100 km/h
3.9s
Vel. Máx.
306km/h
Peso
1536kg
Precio
123,293€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 6v
RWD
2 / 2 puertas
240 L
70 L
372 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Dodge Viper SRT10 Roadster · 506 CV (2008-2009)
Descripción general
El Dodge Viper SRT10 Roadster no es simplemente un coche, es una declaración de intenciones, una bestia indomable nacida del más puro exceso americano. Representa una era en la que la potencia bruta y la conexión visceral con la máquina lo eran todo. Bajo su interminable capó late un corazón descomunal, un V10 de 8.3 litros que promete una experiencia de conducción salvaje y sin filtros, reservada solo para los más valientes.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Viper es un asalto a los sentidos. El estruendo del motor V10 al arrancar es un trueno que te sacude el alma, una promesa de la fuerza que está por desatarse. Cada pisotón al acelerador te aplasta contra el asiento con una ferocidad inaudita, alcanzando los 100 km/h en menos de cuatro segundos. La transmisión manual de seis velocidades es dura y precisa, exigiendo tu total atención, mientras que la tracción trasera te recuerda constantemente quién manda. Conducirlo no es un paseo, es un duelo emocionante y adictivo que te deja temblando, con el corazón acelerado y una sonrisa imborrable.
Diseño y estética
Su diseño es tan brutal como su rendimiento. La silueta es inconfundible: un morro larguísimo y amenazante, una cabina retrasada y una zaga corta y musculosa. Las branquias laterales y las salidas de escape a los lados no son adornos, son necesidades funcionales que gritan su potencial. Es una escultura sobre ruedas, una oda a la agresividad y la potencia que no deja a nadie indiferente. Su interior es espartano, un cockpit centrado en el piloto donde nada distrae de lo verdaderamente importante: domar a la bestia.
Tecnología y características
La tecnología en el Viper SRT10 es la de la vieja escuela: la mecánica pura. Aquí no encontrarás un exceso de asistencias electrónicas ni pantallas táctiles. La verdadera proeza tecnológica reside en su motor de aluminio de diez cilindros, en su chasis rígido y en una suspensión pensada para sentir cada milímetro del asfalto. Es un coche deliberadamente analógico en un mundo digital, que confía en la habilidad del conductor por encima de cualquier algoritmo, ofreciendo una pureza que hoy es casi imposible de encontrar.
Competencia
En su época, el Viper se enfrentó a titanes como el Chevrolet Corvette Z06, su archienemigo americano que ofrecía una experiencia más civilizada pero igualmente veloz. En Europa, coches como el Porsche 911 o el Lamborghini Gallardo jugaban en su liga de rendimiento, pero ninguno podía igualar la crudeza, el carácter salvaje y la sensación de peligro inminente que solo el Viper era capaz de transmitir. Era, y sigue siendo, una propuesta única en su especie.
Conclusión
El Dodge Viper SRT10 Roadster es mucho más que un superdeportivo; es una leyenda, un icono del automovilismo más pasional y visceral. Es impráctico, sediento y exigente, pero precisamente por eso es tan especial. Ofrece una recompensa emocional inigualable, una conexión pura entre hombre y máquina que se ha perdido en la era moderna. Es una pieza de historia, un monumento a la potencia descontrolada que siempre será recordado como uno de los últimos grandes coches salvajes.




