Ford B-MAX Colourline 1.6 Ti-VCT 105 CV Powershift (2016-2018)

2012
Gasolina
FWD
Automático 6v
Ford B-MAX - Vista 1
Ford B-MAX - Vista 2
Ford B-MAX - Vista 3
Ford B-MAX - Vista 4

Especificaciones y análisis del Ford B-MAX

Potencia

105CV

Par

150Nm

Consumo

6.4l/100

Emisiones

149g/km

0-100 km/h

12.1s

Vel. Máx.

180km/h

Peso

1308kg

Precio

19,259

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

318 L

Depósito

48 L

Potencia

77 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima105 CV / 77 kW
Par máximo150 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito48 L
Maletero318 L

Análisis detallado del Ford B-MAX Colourline 1.6 Ti-VCT 105 CV Powershift (2016-2018)

Descripción general

El Ford B-MAX no es un monovolumen pequeño más; es una declaración de intenciones, una audaz apuesta por la funcionalidad que redefine el concepto de acceso al habitáculo. Nacido en 2012, su corazón late con una solución de ingeniería única: la ausencia del pilar central y unas puertas traseras correderas. Este coche fue concebido para hacer la vida familiar más fácil, transformando cada trayecto urbano en una experiencia de comodidad y espacio sin precedentes.

Experiencia de conducción

Al volante, el B-MAX transmite una sensación de suavidad y confort. Su motor de 105 caballos, acoplado a la caja automática Powershift, ofrece una conducción relajada y fluida, perfecta para el bullicio de la ciudad. No busques en él una explosión de adrenalina; su propósito es llevarte con calma y sin sobresaltos. La suspensión filtra bien las irregularidades y su dirección ligera lo convierte en un aliado para maniobrar. Es un coche que te cuida, que prioriza el bienestar de sus ocupantes por encima de las prestaciones puras.

Diseño y estética

El diseño es el alma del B-MAX. La genialidad de integrar el pilar B en las propias puertas crea un vano de acceso lateral de 1,5 metros que te deja sin aliento. Cargar una silla infantil, ayudar a una persona mayor a entrar o simplemente disfrutar de una sensación de apertura total es algo que ningún otro coche de su clase puede ofrecer. Su estética exterior, con el lenguaje 'Kinetic Design' de Ford, es dinámica y agradable, pero es esa puerta mágica la que se roba todo el protagonismo y el corazón.

Tecnología y características

Para su época, el B-MAX ofrecía un equipamiento tecnológico solvente. La transmisión Powershift de doble embrague era un elemento de modernidad que buscaba eficiencia y suavidad. El sistema de conectividad SYNC permitía controlar funciones por voz, un lujo en su segmento. Sin embargo, el paso del tiempo se hace evidente en su pequeña pantalla central y en una consola repleta de botones que hoy nos resulta abrumadora. Su mayor proeza tecnológica no está a la vista, sino en la estructura reforzada que garantiza la máxima seguridad a pesar de su diseño abierto.

Competencia

En su lucha por el trono de los monovolúmenes urbanos, el B-MAX se enfrentó a rivales de gran calibre como el Opel Meriva, con su propio sistema de puertas de apertura inversa, el práctico Citroën C3 Picasso o el versátil Nissan Note. Cada uno tenía sus armas, pero ninguno poseía la radical y brillante solución de acceso del Ford. Su verdadero enemigo, sin embargo, fue el auge imparable de los SUV pequeños, que acabaron por eclipsar a toda una generación de vehículos pensados por y para la familia.

Conclusión

El Ford B-MAX es un coche para el recuerdo, un valiente ejercicio de innovación que priorizó las necesidades reales de las personas. Su concepto de puerta abierta es una solución tan inteligente y emocionante que es una pena que no tuviera continuidad. Aunque su motor es cumplidor sin más y su interior ha envejecido, la esencia del B-MAX, su practicidad y su enorme corazón, permanecen intactos. Es más que un coche; es un espacio de libertad y comodidad sobre ruedas.