Especificaciones y análisis del Ford C-MAX
Potencia
116CV
Par
280Nm
Consumo
5.4l/100
Emisiones
143g/km
0-100 km/h
11.2s
Vel. Máx.
188km/h
Peso
1491kg
Precio
17,570€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
550 L
55 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus C-Max Newport 1.8 TDCi 115cv (2006-2007)
Descripción general
El Ford Focus C-Max de 2004 irrumpió en el mercado como una bocanada de aire fresco, un monovolumen compacto que se atrevía a prometer algo más que espacio y versatilidad. Nacido de la excelente plataforma del Focus, este coche fue concebido para el padre o madre de familia que se negaba a renunciar al placer de conducir. Es la encarnación de un equilibrio casi perfecto entre la razón y la emoción.
Experiencia de conducción
Al volante, el C-Max se siente sorprendentemente ágil y conectado a la carretera. El motor 1.8 TDCi de 116 caballos empuja con una solvencia admirable, ofreciendo una respuesta contundente y elástica desde bajas vueltas que transmite seguridad en adelantamientos y viajes largos. Su chasis es su alma; la dirección es precisa y la suspensión, firme sin ser incómoda, dibuja las curvas con una compostura que muchos turismos envidiarían. Es un coche que te invita a conducir, que te hace sentir partícipe de la marcha y no un mero transportista.
Diseño y estética
Su diseño exterior es funcional e inteligente, sin estridencias, con unas formas suaves que maximizan el espacio interior y la visibilidad. Es un coche honesto en su propósito. Por dentro, la sensación de amplitud es inmediata, gracias a una postura de conducción elevada y una gran superficie acristalada. El salpicadero, heredado del Focus, es ergonómico y todo está al alcance de la mano. La modularidad de sus asientos traseros y un maletero de 550 litros son el corazón de su vocación familiar, un espacio pensado para ser vivido.
Tecnología y características
En su contexto histórico, la tecnología del C-Max era correcta y funcional, centrada en la seguridad y el confort esencial. Contaba con elementos como ABS, múltiples airbags y climatizador, pero su sistema de infoentretenimiento se limitaba a una radio con CD, un mundo aparte de las pantallas actuales. La verdadera proeza tecnológica residía en su motor diésel de inyección directa por conducto común y, sobre todo, en la puesta a punto de un chasis que era la referencia absoluta del segmento.
Competencia
Luchó en un segmento muy competido contra gigantes como el Renault Scénic, rey de la modularidad, el Citroën Xsara Picasso, con su diseño audaz y espacioso, y el Volkswagen Touran, que jugaba la carta de la sobriedad y la calidad percibida. Frente a todos ellos, el Ford C-Max siempre esgrimió un argumento imbatible: su dinámica de conducción. Era el coche para quienes buscaban sentir la carretera, no solo transitarla.
Conclusión
El Ford C-Max 1.8 TDCi es mucho más que un simple monovolumen; es una declaración de intenciones. Demostró que un coche familiar podía ser emocionante y divertido. Su combinación de un motor robusto y voluntarioso, un chasis excepcional y un interior práctico lo convierten en una opción redonda y emocionalmente gratificante. Es el recuerdo de una época en la que los coches, incluso los más prácticos, se diseñaban pensando en el corazón del conductor.




