Especificaciones y análisis del Ford C-MAX
Potencia
136CV
Par
320Nm
Consumo
5.6l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.6s
Vel. Máx.
200km/h
Peso
1491kg
Precio
25,190€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 6v
FWD
5 / 5 puertas
550 L
55 L
100 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus C-Max Sport 2.0 TDCi 6 vel. · 136 CV (2004-2005)
Descripción general
El Ford Focus C-Max de 2004 no era un monovolumen más; fue la audaz respuesta de Ford para quienes se negaban a renunciar al placer de conducir al formar una familia. Con el alma de un Focus y el cuerpo de un práctico vehículo familiar, este coche llegó para demostrar que la versatilidad y la emoción podían ir de la mano, creando un vínculo especial con su conductor desde el primer kilómetro.
Experiencia de conducción
Al volante, el C-Max Sport con el motor 2.0 TDCi de 136 CV es una revelación. Su empuje es contundente y lleno de vida gracias a un par motor generoso que te pega al asiento. La caja de cambios manual de seis velocidades es precisa y el chasis, heredado del aclamado Focus, te invita a enlazar curvas con una agilidad y aplomo que te hacen olvidar que conduces un coche familiar. Es una experiencia de conducción pura, conectada y sorprendentemente divertida.
Diseño y estética
Su diseño exterior rompió moldes, fusionando la silueta elevada de un monovolumen con las líneas dinámicas y afiladas de un deportivo. No era solo funcional, era atractivo. Por dentro, la magia continuaba con una modularidad inteligente y un puesto de conducción elevado que transmitía control y visibilidad. Cada detalle estaba pensado para la vida real, pero sin caer en la monotonía, creando un espacio acogedor y estimulante a la vez.
Tecnología y características
Para su época, este C-Max estaba a la vanguardia. El corazón del coche, su motor diésel common-rail, era una pieza de ingeniería avanzada que ofrecía un rendimiento y eficiencia notables. Pero la verdadera joya era su chasis con suspensión trasera multibrazo, una solución técnica que le otorgaba un comportamiento dinámico superior. Aunque hoy extrañaríamos las pantallas táctiles, su equipamiento de seguridad y confort era completo, protegiendo lo que más importa.
Competencia
En un mercado dominado por el confort del Renault Scénic y la modularidad del Citroën Xsara Picasso, el Ford C-Max se abrió paso con una propuesta única. Mientras sus competidores se centraban casi exclusivamente en el espacio, el C-Max ofrecía un alma deportiva. Se enfrentó también al sobrio y bien acabado Volkswagen Touran, pero conquistó a aquellos que buscaban sentir la carretera y disfrutar de cada viaje, no solo llegar a su destino.
Conclusión
El Ford Focus C-Max 2.0 TDCi fue mucho más que un coche; fue una declaración de intenciones. Demostró que la paternidad no implicaba una condena a la conducción aburrida. Su equilibrio casi perfecto entre funcionalidad, espacio y dinamismo lo convirtió en un vehículo inolvidable y en la elección ideal para el conductor apasionado que también es padre de familia. Un coche con un corazón tan grande como su maletero.




