Especificaciones y análisis del Ford C-MAX
Potencia
136CV
Par
320Nm
Consumo
5.6l/100
Emisiones
148g/km
0-100 km/h
9.6s
Vel. Máx.
200km/h
Peso
1491kg
Precio
20,450€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 6v
FWD
5 / 5 puertas
550 L
55 L
100 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus C-Max S 2.0 TDCi 135 CV 6 vel. (2006)
Descripción general
El Ford C-MAX de 2004 irrumpió en el mercado como una bocanada de aire fresco, demostrando que un monovolumen compacto podía ser mucho más que un simple vehículo familiar. Nacido de la aclamada plataforma del Focus, este coche prometía combinar la versatilidad y el espacio que una familia necesita con el placer de conducción que un padre o madre no quería abandonar. Fue una declaración de intenciones, un coche que entendía el corazón además de la razón.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del C-MAX con el motor 2.0 TDCi de 136 caballos era una experiencia reveladora. El empuje de sus 320 Nm de par se sentía contundente y lleno de vida, especialmente en recuperaciones, haciendo que los adelantamientos fueran un mero trámite. Su chasis, una obra de arte de Ford, te hacía olvidar que conducías un monovolumen. Se sentía ágil, preciso y conectado a la carretera, con una suspensión que controlaba los balanceos de forma magistral sin sacrificar el confort. Era, sencillamente, el monovolumen para quien amaba conducir.
Diseño y estética
Su diseño exterior, aunque enfocado en la funcionalidad, poseía líneas dinámicas que anticipaban su carácter enérgico. Por dentro, el espacio era el protagonista. La posición de conducción elevada otorgaba una gran visibilidad y una sensación de control, mientras que la modularidad de sus asientos y un maletero de 550 litros resolvían cualquier necesidad logística familiar. Los materiales, sin ser lujosos, transmitían una sensación de durabilidad y buen hacer, pensados para resistir el paso del tiempo y el ajetreo diario.
Tecnología y características
En su época, la tecnología del C-MAX se centraba en la excelencia mecánica. El motor diésel con inyección por conducto común, turbo de geometría variable e intercooler era una pieza de ingeniería avanzada que buscaba el equilibrio perfecto entre prestaciones y un consumo ajustado de 5.6 litros. La seguridad activa y pasiva era una prioridad, pero el entretenimiento y la conectividad eran los propios de mediados de los 2000, con un sistema de audio funcional que cumplía su cometido sin distracciones modernas.
Competencia
En un segmento tan competido, el C-MAX se enfrentaba a gigantes como el Renault Scénic, el rey de la versatilidad, o el Citroën Xsara Picasso, con su diseño audaz y confort. También luchaba contra la sobriedad y calidad percibida del Volkswagen Touran. Sin embargo, el Ford tenía un as en la manga que ninguno de sus rivales podía igualar: su comportamiento dinámico. Era el coche que elegías si el trayecto al colegio o las vacaciones familiares también querías disfrutarlos en cada curva.
Conclusión
El Ford Focus C-MAX 2.0 TDCi no fue solo un monovolumen más; fue la prueba de que la paternidad no implicaba renunciar a la pasión por la conducción. Ofrecía una solución brillante y equilibrada, uniendo un espacio generoso y práctico con un motor enérgico y un chasis excepcional. Es un coche que dejó una huella imborrable, recordado con cariño por aquellos que buscaron y encontraron en él al compañero perfecto para la aventura familiar sin perder su identidad al volante.




