Especificaciones y análisis del Ford Focus
Potencia
90CV
Par
200Nm
Consumo
5.4l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
12.5s
Vel. Máx.
180km/h
Peso
1288kg
Precio
17,480€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
490 L
55 L
66 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus 4p Ambiente 1.8 TDdi 90cv (1998-2005)
Descripción general
El Ford Focus de 1998 no fue solo un coche, fue una declaración de intenciones que sacudió los cimientos del segmento compacto. Llegó para jubilar al veterano Escort y presentar un vehículo que redefinió por completo el placer de conducir para el conductor medio, un soplo de aire fresco que obligó a toda la competencia a reaccionar.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante de este Focus es redescubrir una conexión pura y mecánica con la carretera. Sus 90 caballos diésel no buscan romper cronómetros, sino ofrecer una respuesta llena de par, solvente y con un consumo extraordinariamente bajo. La verdadera magia reside en su chasis. La suspensión trasera independiente, una proeza en su época, te regala una agilidad y un aplomo en curva que te sacan una sonrisa. Es un coche que se siente vivo, que comunica lo que pasa bajo las ruedas y transmite una confianza absoluta.
Diseño y estética
El lenguaje de diseño 'New Edge' fue una audaz y maravillosa apuesta que marcó una época. Con sus aristas afiladas, sus faros triangulares y una línea de techo arqueada, el Focus parecía un prototipo llegado del futuro. Esta versión sedán de 4 puertas suavizaba su silueta, añadiendo un toque de elegancia y un enorme maletero de 490 litros, pero sin perder esa esencia rebelde y moderna que lo hizo inconfundible. Era un coche que no dejaba a nadie indiferente.
Tecnología y características
Más allá de su estética rompedora, el Focus escondía una ingeniería brillante. El motor 1.8 TDdi de inyección directa era un portento de eficiencia y empuje a bajas vueltas para su tiempo. Sin embargo, la joya de la corona era su suspensión trasera multibrazo 'Control Blade'. Esta solución, propia de segmentos superiores, le otorgaba un comportamiento dinámico muy por encima de sus rivales, que aún confiaban en ejes torsionales más sencillos. Era tecnología al servicio de las sensaciones.
Competencia
En un mercado dominado por gigantes como el Volkswagen Golf IV, el Opel Astra G o el Renault Mégane, el Ford Focus irrumpió con una fuerza arrolladora. Mientras sus competidores apostaban por la sobriedad y la continuidad, el Focus lo hizo por el atrevimiento en el diseño y, sobre todo, por una dinámica de conducción que se convirtió en la referencia absoluta del segmento. Era el coche a batir para quien de verdad valorase sentir la carretera.
Conclusión
El Ford Focus de primera generación es mucho más que un coche de otra época; es un icono que democratizó la conducción divertida. Demostró que un vehículo familiar y asequible podía ser emocionante y tener un diseño con alma. Su legado perdura como el del compacto que cambió las reglas del juego, un coche honesto, increíblemente fiable y, sobre todo, inolvidable para toda una generación de conductores.




