Especificaciones y análisis del Ford Focus
Potencia
90CV
Par
215Nm
Consumo
4.5l/100
Emisiones
118g/km
0-100 km/h
12.7s
Vel. Máx.
179km/h
Peso
1377kg
Precio
17,995€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
537 L
53 L
66 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus Sedán Titanium 1.6 TDCi 90 CV (2008-2009)
Descripción general
El Ford Focus Sedán de 2008 no es solo un coche, es el reflejo de una época en la que la fiabilidad y la elegancia podían ir de la mano. Representa la elección inteligente para la familia que buscaba algo más que un simple medio de transporte; buscaba un compañero de viaje que ofreciera confort, espacio y un diseño que resistiera el paso del tiempo con dignidad.
Experiencia de conducción
Al volante, el motor 1.6 TDCi de 90 CV te envuelve en una sensación de control y eficiencia. No busca récords de velocidad, sino regalarte kilómetros de tranquilidad con un consumo increíblemente bajo. Su chasis, una obra maestra de Ford, se pega al asfalto y convierte cada curva en una experiencia placentera y segura, demostrando que no hace falta una gran potencia para disfrutar de la conducción.
Diseño y estética
El diseño 'Kinetic Design' de Ford cobra vida en esta carrocería sedán, aportando una silueta fluida y dinámica que destila elegancia. Es un coche que, sin ser ostentoso, atrae miradas por su equilibrio y sus proporciones armoniosas. El acabado Titanium añade ese toque de distinción, con detalles que elevan la percepción de calidad y te hacen sentir que conduces un coche de una categoría superior.
Tecnología y características
Bajo su capó latía una tecnología pensada para la eficiencia y la durabilidad. La inyección directa por conducto común y el turbo con intercooler eran el corazón de un motor solvente y económico. Pero la verdadera magia residía en su chasis, con una suspensión trasera de paralelogramo deformable que le otorgaba un comportamiento dinámico excepcional, una tecnología que muchos de sus rivales solo podían soñar.
Competencia
En un mercado competido, el Focus Sedán se enfrentaba a gigantes como el Volkswagen Jetta, el Renault Mégane Sedán o el Opel Astra Sedán. Mientras otros apostaban por la sobriedad o el espacio, el Focus jugaba una carta única: la de la emoción al volante. Ofrecía una conexión con la carretera que lo convertía en la elección predilecta para quienes amaban conducir.
Conclusión
Este Ford Focus Sedán es mucho más que la suma de sus partes. Es la prueba de que un coche familiar puede ser práctico, increíblemente espacioso con su maletero de 537 litros, y a la vez, emocionante de conducir. Una compra racional que apela directamente al corazón, un vehículo que prometía y cumplía, convirtiéndose en un miembro más de la familia, fiable y siempre dispuesto a emprender un nuevo viaje.




