Honda NSX 3.2i V6 Targa · 280 CV (1997-2001)

1998
Gasolina
RWD
Manual 6v
Honda NSX - Vista 1
Honda NSX - Vista 2
Honda NSX - Vista 3
Honda NSX - Vista 4

Especificaciones y análisis del Honda NSX

Potencia

280CV

Par

298Nm

Consumo

11.9l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

5.8s

Vel. Máx.

270km/h

Peso

1450kg

Precio

102,172

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 6v

Tracción

RWD

Plazas

2 / 2 puertas

Maletero

155 L

Depósito

70 L

Potencia

206 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima280 CV / 206 kW
Par máximo298 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito70 L
Maletero155 L

Análisis detallado del Honda NSX 3.2i V6 Targa · 280 CV (1997-2001)

Descripción general

El Honda NSX de 1998 no es solo un coche, es una leyenda forjada en el crisol de la Fórmula 1 y perfeccionada por el mismísimo Ayrton Senna. Representa el audaz desafío de Honda al orden establecido de los superdeportivos europeos, una obra maestra de ingeniería que buscaba combinar un rendimiento extraordinario con una fiabilidad y usabilidad diarias sin precedentes. Esta versión Targa añade la embriagadora sensación de conducir a cielo abierto, conectándote aún más con su alma mecánica.

Experiencia de conducción

Ponerse a los mandos del NSX es una experiencia visceral que te transporta a otra época. El motor V6 de 3.2 litros, situado justo detrás de ti, es una sinfonía mecánica que sube de vueltas con una urgencia adictiva hasta las 7300 rpm. Cada cambio con la precisa caja manual de seis velocidades es un placer táctil, un diálogo directo con la máquina. Su chasis de aluminio y su dirección pura te comunican cada textura del asfalto, creando una conexión tan íntima y gratificante que los superdeportivos modernos simplemente no pueden replicar. Es una danza de equilibrio y agilidad que te hace sentir como un héroe en cada curva.

Diseño y estética

Su diseño, inspirado en la cabina de un caza F-16, es atemporal y funcional. La silueta baja y afilada, con su característica cabina adelantada, grita propósito y velocidad. No es un coche de excesos, sino de una elegancia aerodinámica que ha envejecido con una gracia increíble. El interior, aunque sobrio para los estándares actuales, está perfectamente centrado en el conductor, ofreciendo una visibilidad panorámica que era y sigue siendo revolucionaria para un coche de motor central. Es la belleza de la ingeniería convertida en arte.

Tecnología y características

El NSX fue un escaparate tecnológico para Honda. Fue el primer coche de producción en masa con un chasis monocasco íntegramente de aluminio, una proeza que reducía el peso y aumentaba la rigidez de forma espectacular. Su motor V6 incorporaba el innovador sistema VTEC, que le otorgaba una doble personalidad: dócil en ciudad y un demonio de altas revoluciones en carretera. La suspensión de doble paralelogramo en las cuatro ruedas, afinada con la sensibilidad de un piloto de carreras, garantizaba un comportamiento dinámico sublime. Era tecnología de competición puesta al servicio del conductor.

Competencia

En su tiempo, el Honda NSX se enfrentó sin complejos a los titanes europeos. Su principal objetivo era el Ferrari F355, al que igualaba en sensaciones puras pero superaba en facilidad de uso. También competía directamente con el Porsche 911 de la generación 993, ofreciendo una alternativa de motor central con un equilibrio exquisito. Frente a ellos, el NSX se erigió como el superdeportivo inteligente, el que demostró que la emoción no tenía por qué estar reñida con la fiabilidad japonesa, cambiando las reglas del juego para siempre.

Conclusión

El Honda NSX Targa de 1998 es mucho más que un simple deportivo clásico; es un hito en la historia del automóvil. Es la prueba tangible de que un superdeportivo puede ser a la vez una máquina de emociones puras y un compañero fiable para el día a día. Su legado perdura, habiendo forzado a toda una industria a mejorar. Conducirlo hoy es redescubrir la esencia de la conducción, una experiencia analógica y profundamente gratificante que se ha perdido en la era digital. Es una joya, un icono inolvidable que sigue emocionando el corazón.