Especificaciones y análisis del Lancia K
Potencia
220CV
Par
309Nm
Consumo
10.4l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
7.3s
Vel. Máx.
243km/h
Peso
1455kg
Precio
37,984€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 2 puertas
505 L
70 L
162 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Lancia K 2.0 Turbo Coupé · 220 CV (2000-2001)
Descripción general
El Lancia K Coupé es la encarnación de un sueño, la última gran berlina de representación italiana convertida en un elegante gran turismo. No es solo un coche, es una declaración de principios, un vehículo para entendidos que evoca una época en la que Lancia se atrevía a crear belleza y prestaciones sin complejos. Con su motor turbo de 5 cilindros y 220 CV, representa una estirpe de automóviles con un alma y un carácter que hoy se echan profundamente de menos.
Experiencia de conducción
Conducir el K Coupé es una experiencia sensorial. El corazón de todo es su motor de cinco cilindros, cuyo sonido grave y poderoso se transforma en un silbido adictivo cuando el turbo entra en acción. El empuje es contundente y progresivo, pegándote al asiento con una fuerza que sorprende en un coche de su porte. No busca la agilidad de un deportivo puro, sino el aplomo y la velocidad de un auténtico 'gran turismo'. Es una máquina para devorar kilómetros en autopista, sintiendo cómo el mundo pasa deprisa desde un oasis de confort y potencia.
Diseño y estética
Su diseño es una obra de arte sutil y personalísima. A pesar de basarse en la berlina, su carrocería es única, con una batalla acortada y una caída de techo que le confiere una elegancia melancólica. Las ventanillas sin marco y su zaga distintiva lo alejan de cualquier otro coche en la carretera. Por dentro, te abraza un salón rodante tapizado con materiales nobles, donde el cuero y la madera crean una atmósfera de lujo y calidez. Es un diseño que no grita, sino que susurra clase y distinción desde cada ángulo.
Tecnología y características
Bajo su piel clásica, el K Coupé escondía una ingeniería notable para su tiempo. El motor de 20 válvulas con turbo e intercooler era una pieza sofisticada y llena de carácter. Su chasis, con suspensión independiente en ambos ejes, estaba afinado para ofrecer un equilibrio sublime entre confort y estabilidad a alta velocidad. Aunque carece de las pantallas y asistencias modernas, su tecnología estaba al servicio del placer de conducir: frenos potentes, una dirección precisa y todo el equipamiento de lujo que se esperaba de un buque insignia.
Competencia
En su época, se midió con rivales de gran calibre, cada uno con su propia filosofía. El Peugeot 406 Coupé competía en belleza gracias a Pininfarina, pero carecía de su arrolladora personalidad mecánica. El Alfa Romeo GTV V6 ofrecía un enfoque más deportivo y pasional, pero menos espacioso y señorial. Otros como el Mercedes-Benz CLK o el Volvo C70 proponían la solidez alemana o la seguridad sueca, pero ninguno lograba capturar esa mezcla única de elegancia, rareza y alma latina que definía al Lancia.
Conclusión
El Lancia K Coupé es mucho más que un coche; es una pieza de historia, un capricho para el corazón. Es la elección de quien valora la individualidad y la belleza por encima de la lógica pura. Un gran turismo incomprendido en su momento, que hoy brilla como un clásico moderno destinado a ser admirado. Poseer uno es custodiar el legado de la Lancia más audaz y elegante, una experiencia automovilística que se vuelve más rica y especial con cada año que pasa.




