Especificaciones y análisis del Lancia K
Potencia
175CV
Par
230Nm
Consumo
11l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
8.9s
Vel. Máx.
212km/h
Peso
1520kg
Precio
33,356€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
505 L
70 L
129 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Lancia K 2.4 LS S.W. · 175 CV (2000-2001)
Descripción general
El Lancia K Station Wagon es la encarnación de la elegancia y el confort a la italiana, un buque insignia familiar que a principios de siglo representaba una forma distinta de entender el lujo. No era solo un coche, era una declaración de estilo y sofisticación, un refugio de buen gusto sobre ruedas que evocaba el glorioso pasado de Lancia en el segmento de las grandes berlinas.
Experiencia de conducción
Conducir el Lancia K con su motor de cinco cilindros es una experiencia auditiva y sensorial única. Su sonido melódico y su entrega de potencia suave y lineal invitan a devorar kilómetros en autopista con una serenidad imperial. No busca la deportividad brusca, sino el aplomo de un gran turismo. La suspensión filtra las irregularidades con maestría, creando una alfombra voladora que aísla a sus ocupantes en una burbuja de confort y tranquilidad, haciendo de cada viaje un auténtico placer.
Diseño y estética
Su diseño es un ejercicio de contención y clase. Las líneas fluidas y discretas, obra del centro de estilo Lancia, crean una silueta atemporal que ha envejecido con una dignidad excepcional. La versión familiar S.W. integra el volumen trasero con una armonía que pocos lograron, manteniendo la elegancia de la berlina. Por dentro, el ambiente es suntuoso, con materiales de alta calidad como el Alcantara o la madera, que envuelven a los pasajeros en un espacio acogedor y lujoso, un sello inconfundible de la marca.
Tecnología y características
Para su época, el K estaba bien dotado, ofreciendo un nivel de equipamiento centrado en el confort, como el climatizador automático o un sistema de sonido de calidad. El corazón tecnológico era su motor de 2.4 litros con admisión variable, una pieza de ingeniería refinada que le otorgaba su carácter especial. Sin embargo, carece de las ayudas a la conducción y la conectividad que hoy damos por sentadas, recordándonos que pertenece a una era analógica y puramente mecánica.
Competencia
En su momento, se enfrentó a los titanes alemanes del segmento, como el Audi A6 Avant, el BMW Serie 5 Touring o el Mercedes-Benz Clase E Estate. También competía con otros europeos con fuerte personalidad como el Volvo V70 o el Saab 9-5 SportCombi. Frente a ellos, el Lancia K no jugaba la carta de la deportividad extrema o la fiabilidad germánica, sino la del confort supremo, el diseño diferenciador y un alma inconfundiblemente latina.
Conclusión
El Lancia K S.W. es más que un simple coche familiar; es una pieza de la historia automotriz italiana, un vehículo para quien valora el viaje tanto como el destino. Representa una elección pasional, un automóvil para entendidos que buscan distinción y un confort de marcha soberbio. Hoy es un futuro clásico que nos recuerda una época en la que Lancia se atrevía a soñar en grande, ofreciendo una alternativa real y llena de carisma.




