Especificaciones y análisis del Lancia Ypsilon
Potencia
86CV
Par
113Nm
Consumo
6.6l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
10.9s
Vel. Máx.
177km/h
Peso
910kg
Precio
12,231€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
215 L
47 L
63 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Lancia Y 1.2 16v LX · 86 CV (1996-2001)
Descripción general
El Lancia Ypsilon de 1997 no era simplemente un coche urbano, era una declaración de intenciones. En una época de diseños convencionales, Lancia se atrevió a crear una pequeña joya rodante que destilaba elegancia y sofisticación italiana por cada uno de sus poros. Conducir un Ypsilon era elegir la distinción, un refugio de estilo en el ajetreo diario.
Experiencia de conducción
Al volante, el pequeño motor 1.2 de 16 válvulas y 86 caballos se siente sorprendentemente enérgico y lleno de vida. Gracias a su bajo peso de apenas 910 kg, el coche responde con una agilidad deliciosa, invitándote a jugar con el cambio manual de cinco velocidades. Es una conducción pura, casi analógica, que te conecta directamente con el asfalto y te saca una sonrisa en cada curva de la ciudad. No es un deportivo, pero su corazón late con una pasión innegable.
Diseño y estética
Su diseño es pura emoción. Las líneas suaves y redondeadas, la icónica calandra de Lancia y su compacta carrocería de tres puertas creaban una silueta inconfundible y atemporal. Por dentro, la audacia continuaba con el cuadro de instrumentos situado en el centro del salpicadero, un detalle que no solo era estético, sino que generaba una sensación de espacio y un ambiente de salón de diseño. Era un coche que se compraba con el corazón, una escultura funcional.
Tecnología y características
La tecnología del Ypsilon se centraba en la eficiencia mecánica más que en los gadgets. Su motor de cuatro válvulas por cilindro era una pieza de ingeniería refinada para la época, ofreciendo un equilibrio fantástico entre prestaciones y un consumo contenido de 6.6 litros. Aunque carecía de las ayudas a la conducción modernas, su chasis bien puesto a punto, con estabilizadoras en ambos ejes, demostraba que la verdadera tecnología reside en una base bien construida.
Competencia
En su momento, se enfrentó a rivales como el Volkswagen Polo o el Peugeot 206. Sin embargo, el Ypsilon jugaba en su propia liga. Mientras otros apostaban por la practicidad y la sobriedad, el Lancia seducía a quienes buscaban algo más: un carácter único, un interior más lujoso y la sensación de conducir un producto especial, casi artesanal, que se desmarcaba de la multitud.
Conclusión
El Lancia Ypsilon es mucho más que un coche de los 90; es un pedazo de la historia del diseño italiano. Representa una época en la que la belleza y la emoción no estaban reñidas con el tamaño compacto. Un vehículo con un alma inmensa, que hoy se recuerda con nostalgia y cariño como uno de los últimos Lancia que verdaderamente encarnaron el espíritu de la marca: vanguardia, elegancia y una personalidad arrolladora.




