Especificaciones y análisis del Maserati Quattroporte
Potencia
400CV
Par
451Nm
Consumo
14.7l/100
Emisiones
345g/km
0-100 km/h
5.6s
Vel. Máx.
269km/h
Peso
2065kg
Precio
123,527€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 6v
RWD
5 / 4 puertas
450 L
90 L
294 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Maserati Quattroporte Automatic · 400 CV (2007-2008)
Descripción general
El Maserati Quattroporte de 2004, en su versión automática de 2007, es mucho más que una berlina de lujo; es la encarnación del alma italiana en un traje de alta costura. Con un corazón V8 heredado de Ferrari y un diseño que detiene el tiempo, este coche no solo te transporta, sino que te emociona en cada kilómetro, ofreciendo una experiencia que fusiona la elegancia de una limusina con la furia de un deportivo.
Experiencia de conducción
Poner en marcha su V8 de 4.2 litros y 400 caballos es despertar a una bestia melódica. El sonido es profundo, operístico, una promesa de la potencia que está por desatarse. Acelerar de 0 a 100 km/h en 5.6 segundos te pega al asiento, pero lo hace con una gracia brutal. La transmisión automática suaviza su carácter respecto a versiones anteriores, pero no le resta ni un ápice de emoción. Su tracción trasera y una suspensión de paralelogramo deformable te conectan con el asfalto, transmitiendo una sensación de control y agilidad impropia de una berlina de más de cinco metros. Es un coche que se siente vivo, pasional y visceral.
Diseño y estética
Firmado por Pininfarina, el diseño del Quattroporte es una obra de arte atemporal. Sus líneas son fluidas, musculosas y aristocráticas, creando una silueta que irradia prestigio y deportividad a partes iguales. No hay un ángulo malo en este coche. Por dentro, el lujo es palpable: cuero de la más alta calidad, maderas nobles y un cuidado por el detalle artesanal que te envuelve en una atmósfera de exclusividad. Es una cabina que no solo es un lugar para estar, sino un espacio para ser admirado.
Tecnología y características
En su época, el Quattroporte ofrecía un equipamiento correcto, pero su verdadera tecnología no reside en las pantallas, sino en la ingeniería mecánica. El foco está en su sublime motor V8 atmosférico, en un chasis equilibrado y en una puesta a punto que prioriza las sensaciones de conducción puras. Visto con ojos actuales, su sistema de infoentretenimiento es arcaico, pero a quién le importa cuando la sinfonía del motor es la mejor banda sonora y la conexión con la carretera es tan directa y gratificante.
Competencia
En el olimpo de las grandes berlinas, se enfrentó a la perfección clínica de los alemanes como el Mercedes-Benz Clase S, el BMW Serie 7 o el Audi A8. Mientras sus competidores apostaban por la tecnología abrumadora y la eficiencia, el Maserati ofrecía algo que el dinero no siempre puede comprar: carácter y pasión. Era la elección del corazón, una alternativa para quien buscaba diferenciarse con un estilo y un sonido inconfundiblemente italianos.
Conclusión
El Maserati Quattroporte no es una decisión racional, es una declaración de amor por el automovilismo. Es un coche con defectos, con un mantenimiento exigente y una sed de gasolina considerable, pero cada uno de sus inconvenientes se desvanece al escuchar su motor rugir. Es una escultura rodante, una berlina con alma de Gran Turismo que te recompensa con una experiencia de conducción inolvidable. Un futuro clásico que apela directamente al alma.




