Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Pulse (2012)

2010
Gasóleo
AWD
Manual 6v
Mazda CX-7 - Vista 1
Mazda CX-7 - Vista 2
Mazda CX-7 - Vista 3
Mazda CX-7 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Mazda CX-7

Potencia

173CV

Par

400Nm

Consumo

7.5l/100

Emisiones

199g/km

0-100 km/h

11.3s

Vel. Máx.

200km/h

Peso

1800kg

Precio

30,700

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 6v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

455 L

Depósito

69 L

Potencia

127 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima173 CV / 127 kW
Par máximo400 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito69 L
Maletero455 L

Análisis detallado del Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Pulse (2012)

Descripción general

El Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Pulse de 2010 es un SUV que combina la robustez de un todocamino con la elegancia y el dinamismo característicos de Mazda. Con un motor diésel de 173 CV y tracción integral, este modelo se posiciona como una opción interesante para quienes buscan un vehículo versátil, capaz de afrontar tanto la ciudad como escapadas por carretera con solvencia y un toque de distinción. Su precio de 30.700 euros lo situaba en un segmento competitivo, ofreciendo una propuesta de valor atractiva.

Experiencia de conducción

Al volante del Mazda CX-7, la sensación es de control y aplomo. El motor diésel de 173 CV, con sus 400 Nm de par a 2000 rpm, ofrece una respuesta enérgica y progresiva, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 11.3 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h. La caja de cambios manual de 6 velocidades es precisa y contribuye a una experiencia de conducción más conectada. La suspensión, tipo McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, junto con las barras estabilizadoras, proporciona un buen equilibrio entre confort y dinamismo, absorbiendo las irregularidades del terreno sin sacrificar la estabilidad en curvas. La dirección electrohidráulica, aunque no es sensible a la velocidad, ofrece una asistencia adecuada para maniobrar con facilidad. En general, el CX-7 transmite una sensación de seguridad y robustez, ideal para viajes largos o para el día a día.

Diseño y estética

El diseño del Mazda CX-7 es uno de sus puntos fuertes, destacando por sus líneas fluidas y deportivas que lo diferencian de otros SUV de su época. Su frontal agresivo, con una parrilla prominente y faros rasgados, le confiere una personalidad marcada. La silueta coupé, con una línea de techo descendente hacia la zaga, le otorga un aspecto dinámico y atlético. Las dimensiones de 4680 mm de largo, 1870 mm de ancho y 1645 mm de alto, junto con una distancia entre ejes de 2750 mm, le confieren una presencia imponente en la carretera. Las llantas de 18 pulgadas con neumáticos 235/60 R18 complementan su estética robusta. En el interior, el diseño es funcional y ergonómico, con materiales de calidad y una disposición de los controles intuitiva. Aunque el maletero de 455 litros no es el más grande de su categoría, es suficiente para las necesidades de una familia.

Tecnología y características

En el apartado tecnológico, el Mazda CX-7 de 2010 incorporaba soluciones prácticas para la época. Su motor diésel de 2.2 litros, con inyección directa por conducto común, turbo de geometría variable e intercooler, era un ejemplo de eficiencia y rendimiento. La tracción integral (AWD) garantizaba una mayor seguridad y capacidad de tracción en diversas condiciones. Aunque no contaba con sistemas avanzados como el Stop&Start, su tecnología se centraba en ofrecer una experiencia de conducción fiable y placentera. Los frenos de disco ventilados de 320 mm delante y 325 mm detrás aseguraban una frenada potente y segura. La dirección electrohidráulica, aunque no tan sofisticada como las eléctricas actuales, ofrecía una asistencia adecuada. En resumen, la tecnología del CX-7 estaba orientada a la funcionalidad y la durabilidad.

Competencia

El Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Pulse se enfrentaba a una dura competencia en el segmento de los SUV diésel de tamaño medio. Entre sus principales rivales se encontraban modelos como el Honda CR-V, el Toyota RAV4, el Nissan Qashqai+2, el Volkswagen Tiguan y el Ford Kuga. Cada uno de ellos ofrecía sus propias virtudes, ya fuera en espacio interior, equipamiento o eficiencia. El CX-7 se distinguía por su diseño más deportivo, su tacto de conducción dinámico y la fiabilidad mecánica que Mazda siempre ha ofrecido, lo que lo convertía en una alternativa atractiva para aquellos que buscaban algo diferente en el segmento.

Conclusión

El Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Pulse de 2010 es un SUV que, a pesar de los años, sigue siendo una opción interesante en el mercado de segunda mano. Su combinación de un motor diésel potente y eficiente, un diseño atractivo y un comportamiento dinámico lo convierten en un vehículo versátil y agradable de conducir. Aunque su consumo combinado de 7.5 l/100km y sus emisiones de 199 g/km de CO2 no son los más bajos de su categoría, son razonables para un vehículo de su tamaño y prestaciones. Su precio original de 30.700 euros lo situaba en una posición competitiva, ofreciendo una buena relación calidad-precio. En definitiva, el CX-7 es un coche que transmite confianza y que sigue siendo capaz de ofrecer muchas satisfacciones a sus propietarios.