Especificaciones y análisis del Mazda MPV
Potencia
136CV
Par
310Nm
Consumo
7.1l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13.2s
Vel. Máx.
176km/h
Peso
1785kg
Precio
29,920€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
7 / 5 puertas
294 L
75 L
100 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mazda MPV Exclusive CRTD 2.0 16V · 136 CV (2002-2004)
Descripción general
El Mazda MPV de 1999, en su versión Exclusive CRTD 2.0 16V, se presenta como un monovolumen familiar que busca combinar la funcionalidad con un toque de distinción. Con un motor diésel de 136 CV y una configuración de 7 plazas, este vehículo estaba diseñado para las familias que necesitaban espacio y versatilidad en sus desplazamientos diarios y viajes largos. Su precio de 29.920 euros en 2003 lo posicionaba como una opción a considerar en el segmento de los monovolúmenes.
Experiencia de conducción
Al volante del Mazda MPV, la sensación predominante es de solidez y confort. El motor diésel de 136 CV, con su generoso par de 310 Nm a 2000 rpm, ofrece una respuesta adecuada para mover con soltura el conjunto, incluso con carga. La aceleración de 0 a 100 km/h en 13.2 segundos y una velocidad máxima de 176 km/h no lo convierten en un deportivo, pero sí en un vehículo capaz de mantener cruceros cómodos en autopista. La suspensión tipo McPherson delantera y el eje rígido trasero, junto con los estabilizadores, buscan un equilibrio entre comodidad y estabilidad, aunque en curvas pronunciadas se percibe el tamaño y peso del vehículo. El consumo combinado de 7.1 l/100km es razonable para su categoría y época, lo que lo hacía un compañero de viaje eficiente.
Diseño y estética
El diseño del Mazda MPV de 1999 es funcional y robusto, con líneas que reflejan la estética de los monovolúmenes de finales de los 90 y principios de los 2000. Sus dimensiones, con 4775 mm de largo, 1830 mm de ancho y 1785 mm de alto, le otorgan una presencia imponente en la carretera. Las 5 puertas, incluyendo las traseras deslizantes, facilitan el acceso a un interior espacioso y versátil, con capacidad para 7 ocupantes. El maletero, con 294 litros de capacidad mínima, es suficiente para el equipaje diario, aunque puede ampliarse abatiendo los asientos. La estética general es sobria y práctica, sin grandes alardes, pero con una clara orientación hacia la utilidad familiar.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Mazda MPV Exclusive CRTD 2.0 16V incorpora soluciones mecánicas probadas y eficientes para su época. Su motor diésel de 1998 cc cuenta con inyección directa por conducto común, turbo de geometría variable e intercooler, lo que contribuye a una entrega de potencia suave y un consumo contenido. La transmisión manual de 5 velocidades es un elemento clave en la experiencia de conducción, ofreciendo un control directo sobre la potencia. En cuanto a la seguridad y el confort, aunque no se detallan sistemas avanzados de asistencia a la conducción, se espera que cuente con los elementos básicos de seguridad activa y pasiva de la época. La dirección de cremallera proporciona una buena conexión con la carretera.
Competencia
En el competitivo segmento de los monovolúmenes, el Mazda MPV se enfrentaba a duros rivales como el Renault Espace, el Volkswagen Sharan/Ford Galaxy, el Chrysler Voyager o el Honda Odyssey. Cada uno de ellos ofrecía sus propias virtudes en términos de espacio, modularidad, equipamiento y motorizaciones. El MPV buscaba diferenciarse por su fiabilidad mecánica, su buen comportamiento en carretera y una relación calidad-precio atractiva, ofreciendo una alternativa sólida para las familias que buscaban un vehículo espacioso y práctico sin renunciar a una experiencia de conducción agradable.
Conclusión
El Mazda MPV Exclusive CRTD 2.0 16V de 1999 es un monovolumen que, a pesar de los años, sigue siendo un testimonio de la ingeniería japonesa enfocada en la funcionalidad y la durabilidad. Su motor diésel, su amplio espacio interior y su configuración de 7 plazas lo convierten en una opción interesante para quienes buscan un vehículo familiar robusto y fiable. Aunque su diseño pueda parecer algo anticuado para los estándares actuales, su practicidad y su capacidad para afrontar largos viajes con comodidad lo hacen un compañero de ruta digno de recordar. Es un coche que cumple con su propósito de transportar a la familia con seguridad y eficiencia, dejando una huella de confianza en sus propietarios.




