Especificaciones y análisis del Mazda MX-5
Potencia
110CV
Par
134Nm
Consumo
8.1l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.7s
Vel. Máx.
191km/h
Peso
1035kg
Precio
21,570€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
RWD
2 / 2 puertas
144 L
50 L
81 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mazda MX-5 1.6 16V Escape 110CV (2003-2004)
Descripción general
El Mazda MX-5 de 2001, en su versión 1.6 16V Escape de 110 CV, es un roadster que encarna la esencia del placer de conducir. Con un precio de 21.570 euros en su lanzamiento, este modelo se presentaba como una opción accesible para quienes buscaban sensaciones puras al volante. Su motor de gasolina de 1.598 cc, con 110 CV a 6.500 rpm y un par motor de 134 Nm a 5.000 rpm, se combinaba con una caja de cambios manual de cinco velocidades y tracción trasera, prometiendo una experiencia de conducción directa y emocionante. Con una velocidad máxima de 191 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos, no era un coche de récords, pero sí un compañero fiel para disfrutar de cada curva.
Experiencia de conducción
Conducir el Mazda MX-5 de 2001 es una experiencia que apela directamente a los sentidos. Su bajo peso de 1.035 kg y su tracción trasera, combinados con una suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, ofrecen una agilidad y un equilibrio excepcionales. La dirección de cremallera, aunque sin asistencia variable, transmite con fidelidad lo que ocurre bajo las ruedas, permitiendo al conductor sentir cada matiz del asfalto. El motor, aunque no excesivamente potente, es voluntarioso y sube de vueltas con alegría, acompañado de un sonido embriagador que invita a descapotar y disfrutar del viento en la cara. La frenada, con discos ventilados delante y discos macizos detrás, es efectiva y dosificable, aportando confianza en todo momento. Es un coche que te hace sentir parte de la máquina, una extensión de tus propias intenciones en la carretera.
Diseño y estética
El diseño del Mazda MX-5 de 2001 es un homenaje a los roadsters clásicos, con líneas limpias y proporciones equilibradas que evocan una elegancia atemporal. Su carrocería compacta, con 3.975 mm de largo, 1.680 mm de ancho y 1.225 mm de alto, le confiere una presencia deportiva y ágil. Los faros delanteros, aunque no escamoteables como en generaciones anteriores, mantienen una mirada característica. El habitáculo, diseñado para dos ocupantes, es funcional y acogedor, con una instrumentación clara y unos asientos que sujetan bien el cuerpo. La capota de lona, fácil de accionar, permite transformar el coche en un descapotable en cuestión de segundos, acentuando su carácter lúdico y pasional. Es un diseño que no busca la ostentación, sino la armonía y la funcionalidad al servicio del placer de conducir.
Tecnología y características
En el Mazda MX-5 de 2001, la tecnología se enfoca en la simplicidad y la eficacia mecánica. Su motor de gasolina de 1.6 litros, con 16 válvulas y culata de aluminio, utiliza inyección indirecta para una entrega de potencia lineal y predecible. La transmisión manual de cinco velocidades es un ejemplo de precisión y robustez, con un embrague monodisco en seco que garantiza un acoplamiento suave y directo. La suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, junto con barras estabilizadoras, proporciona un control excelente de la carrocería y una gran capacidad de absorción de irregularidades. Aunque carece de las sofisticadas ayudas electrónicas de los coches modernos, su tecnología se centra en la ingeniería mecánica bien ejecutada, ofreciendo una experiencia de conducción pura y sin filtros. Los frenos de disco en las cuatro ruedas, con ventilación en el eje delantero, aseguran una detención eficaz y segura.
Competencia
En su época, el Mazda MX-5 de 2001 se enfrentaba a rivales como el MG TF, el Toyota MR2 o el BMW Z3. Frente a ellos, el MX-5 destacaba por su equilibrio entre prestaciones, fiabilidad y un precio más contenido. El MG TF ofrecía un carácter más deportivo y radical, pero con una fiabilidad a menudo cuestionada. El Toyota MR2, con su motor central, proponía una dinámica diferente, más cercana a un deportivo puro, pero con un maletero aún más limitado. El BMW Z3, por su parte, se posicionaba en un segmento superior en cuanto a lujo y potencia, con un precio considerablemente más elevado. El MX-5 se consolidó como la opción más sensata y divertida para quienes buscaban un roadster auténtico, sin grandes pretensiones de potencia, pero con una capacidad inigualable para arrancar sonrisas en cada trayecto.
Conclusión
El Mazda MX-5 de 2001 es mucho más que un coche; es una declaración de intenciones. Representa la filosofía de que el placer de conducir no reside en la potencia bruta o en la tecnología más avanzada, sino en la conexión entre el conductor y la máquina. Su diseño atemporal, sus sensaciones puras y su fiabilidad mecánica lo convierten en un clásico instantáneo y en un objeto de deseo para los amantes de la conducción. Es un coche que invita a disfrutar de cada viaje, a sentir el viento y a saborear la carretera. Un verdadero icono que, a pesar de los años, sigue siendo una fuente inagotable de alegría al volante.




