Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé Aut. · 160 CV (2010-2012)

2009
Gasolina
RWD
Automático 6v

Especificaciones y análisis del Mazda MX-5

Potencia

160CV

Par

188Nm

Consumo

7.9l/100

Emisiones

188g/km

0-100 km/h

8.9s

Vel. Máx.

194km/h

Peso

1175kg

Precio

32,400

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

RWD

Plazas

2 / 2 puertas

Maletero

150 L

Depósito

50 L

Potencia

118 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima160 CV / 118 kW
Par máximo188 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito50 L
Maletero150 L

Análisis detallado del Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé Aut. · 160 CV (2010-2012)

Descripción general

El Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé Aut. de 2009 es la encarnación de la pasión por la conducción. Este roadster coupé, con su motor de gasolina de 160 CV y transmisión automática, promete una experiencia al volante pura y emocionante, manteniendo la esencia del icónico MX-5 pero con un toque de sofisticación y confort adicional gracias a su techo rígido retráctil.

Experiencia de conducción

Conducir el MX-5 es una delicia para los sentidos. Su motor de 2.0 litros, con 160 CV a 6700 rpm y un par motor de 188 Nm a 5000 rpm, ofrece una respuesta viva y un sonido embriagador que invita a subir de vueltas. La aceleración de 0 a 100 km/h en 8.9 segundos y una velocidad máxima de 194 km/h, aunque no son cifras de superdeportivo, son más que suficientes para disfrutar de cada curva. La tracción trasera y la suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, junto con una dirección hidráulica precisa, garantizan una agilidad excepcional y una conexión directa con la carretera. Es un coche que se siente ligero y equilibrado, transmitiendo confianza y diversión a partes iguales.

Diseño y estética

El diseño del Mazda MX-5 Roadster Coupé de 2009 es atemporal y elegante. Sus líneas fluidas y compactas, con una longitud de 4020 mm, una anchura de 1720 mm y una altura de 1255 mm, le otorgan una presencia deportiva y atractiva. El techo rígido retráctil, que se integra perfectamente en la silueta del coche, no solo mejora la estética sino que también aporta un plus de seguridad y aislamiento. El interior, aunque sencillo, está enfocado en el conductor, con una ergonomía cuidada y materiales de calidad que invitan a disfrutar de la conducción. Es un diseño que prioriza la funcionalidad y la emoción sobre el exceso de ornamentación.

Tecnología y características

Aunque el Mazda MX-5 de 2009 no es un escaparate de la última tecnología, incorpora elementos clave para una experiencia de conducción placentera. Su motor de inyección indirecta con admisión variable optimiza la entrega de potencia y la eficiencia. La transmisión automática de 6 velocidades ofrece cambios suaves y rápidos, permitiendo al conductor concentrarse en la carretera. En cuanto a seguridad, cuenta con frenos de disco ventilados de 290 mm delante y discos de 280 mm detrás, garantizando una frenada eficaz. La dirección asistida hidráulicamente, sin ser sensible a la velocidad, proporciona una retroalimentación excelente, algo que los puristas de la conducción valoran enormemente.

Competencia

En su segmento, el Mazda MX-5 Roadster Coupé de 2009 se enfrentaba a rivales como el BMW Z4, el Audi TT Roadster o el Porsche Boxster. Si bien estos modelos podían ofrecer más potencia o un mayor lujo, el MX-5 siempre se ha distinguido por su filosofía de coche deportivo ligero, asequible y enfocado en la diversión al volante. Su relación calidad-precio y su fiabilidad lo convertían en una opción muy atractiva para aquellos que buscaban un roadster puro sin comprometer el bolsillo.

Conclusión

El Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé Aut. de 2009 es un coche que enamora. Es la prueba de que no se necesita una potencia desorbitada para disfrutar de la conducción. Su equilibrio, agilidad y la conexión que establece con el conductor lo convierten en una joya para los amantes de los deportivos. Es un coche para disfrutar cada kilómetro, ya sea con el techo abierto sintiendo el viento o cerrado, disfrutando de su confort. Un clásico moderno que sigue siendo relevante por su pureza y su capacidad para arrancar sonrisas.