Especificaciones y análisis del Mazda MX-5
Potencia
160CV
Par
188Nm
Consumo
7.6l/100
Emisiones
181g/km
0-100 km/h
7.9s
Vel. Máx.
218km/h
Peso
1165kg
Precio
30,740€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 6v
RWD
2 / 2 puertas
150 L
50 L
118 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé · 160 CV (2009-2010)
Descripción general
El Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé de 2009 es la encarnación de la filosofía Jinba Ittai, la unión perfecta entre jinete y caballo. Este roadster, con su techo rígido retráctil, ofrece lo mejor de dos mundos: la emoción de un descapotable y la practicidad de un coupé. Con un motor de gasolina de 160 CV y tracción trasera, promete una experiencia de conducción pura y sin filtros, manteniendo la esencia que ha hecho del MX-5 un icono.
Experiencia de conducción
Al volante de este MX-5, cada curva se convierte en una invitación a la diversión. La dirección es precisa y comunicativa, transmitiendo fielmente lo que ocurre bajo las ruedas. El motor de 2.0 litros, con sus 160 CV, sube de revoluciones con alegría, entregando una potencia lineal que, aunque no es explosiva, es más que suficiente para disfrutar de una conducción ágil y emocionante. La caja de cambios manual de 6 velocidades es una delicia, con recorridos cortos y precisos que invitan a cambiar de marcha constantemente. La suspensión, bien equilibrada, ofrece un compromiso ideal entre confort y deportividad, permitiendo un paso por curva rápido y seguro sin sacrificar la comodidad en trayectos más largos. La posibilidad de descapotar el techo en cuestión de segundos amplifica la conexión con el entorno, haciendo que cada viaje sea una aventura sensorial.
Diseño y estética
El diseño del Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé de 2009 es atemporal y elegante. Sus líneas fluidas y compactas, junto con su baja altura, le confieren una presencia deportiva inconfundible. La característica más distintiva es su techo rígido retráctil, que se integra a la perfección en la silueta del coche cuando está cerrado, transformándolo en un coupé con estilo. Abierto, revela un roadster clásico, con un parabrisas inclinado y una zaga corta que acentúan su carácter lúdico. Los detalles como las llantas de 17 pulgadas y los faros afilados completan una estética que, incluso años después, sigue siendo atractiva y deseable.
Tecnología y características
Aunque el Mazda MX-5 de 2009 no es un escaparate de la tecnología más puntera en cuanto a infoentretenimiento, sí incorpora elementos clave para la seguridad y el placer de conducir. Su motor de 2.0 litros con inyección indirecta y admisión variable, junto con una relación de compresión de 10.8, demuestra una ingeniería mecánica sólida y eficiente para su época. La tracción trasera y la suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes son la base de su excepcional dinámica de conducción. Los frenos de disco ventilados delanteros y macizos traseros garantizan una frenada eficaz. En el interior, aunque sencillo, cuenta con lo necesario para disfrutar del viaje, priorizando la conexión con la carretera sobre las distracciones digitales.
Competencia
En su segmento, el Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé de 2009 se enfrentaba a rivales como el BMW Z4, el Audi TT Roadster o el Porsche Boxster. Si bien estos ofrecían un mayor lujo o prestaciones más elevadas, el MX-5 se distinguía por su pureza de conducción, su ligereza y su precio más accesible. Su enfoque en la diversión al volante, sin excesos de potencia o peso, lo convertía en una alternativa única para aquellos que buscaban un deportivo auténtico y manejable.
Conclusión
El Mazda MX-5 2.0 Sportive Roadster Coupé de 2009 es mucho más que un coche; es una declaración de intenciones. Representa la alegría de conducir en su estado más puro, ofreciendo una experiencia emocionante y gratificante a un precio razonable. Su combinación de diseño atractivo, sensaciones al volante inigualables y una fiabilidad contrastada lo convierten en un clásico moderno, un vehículo que sigue enamorando a quienes buscan la esencia de la conducción deportiva. Es un coche para disfrutar, para sentir el viento en la cara y para recordar que, a veces, menos es más.
