Especificaciones y análisis del Opel Astra
Potencia
75CV
Par
128Nm
Consumo
7.2l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
14.5s
Vel. Máx.
170km/h
Peso
1154kg
Precio
11,978€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
370 L
52 L
55 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Opel Astra 3p Club 1.6 8v · 75 CV (2000)
Descripción general
El Opel Astra 3p Club 1.6 8v del año 1998, con su motor de 75 CV, se presenta como una opción compacta y funcional. Este modelo, con su carrocería de 3 puertas, buscaba ofrecer una movilidad eficiente y accesible para el día a día, manteniendo la esencia práctica que caracterizaba a la marca Opel en aquella época. Su precio de 11.978 € en el año 2000 lo posicionaba como una alternativa competitiva en el segmento de los compactos.
Experiencia de conducción
Al volante del Astra 3p Club 1.6 8v, la sensación es de un coche honesto y sin pretensiones. Sus 75 CV, entregados por un motor de 1.598 cc, ofrecen una respuesta adecuada para la conducción urbana y trayectos interurbanos, aunque no esperemos grandes alardes de deportividad. La aceleración de 0 a 100 km/h en 14.5 segundos y una velocidad máxima de 170 km/h nos indican que su enfoque está más en la eficiencia y la comodidad que en las prestaciones puras. La transmisión manual de 5 velocidades permite un control directo sobre la entrega de potencia, y su consumo combinado de 7.2 l/100km lo hacía un compañero económico para la época. La suspensión, de tipo McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás, busca un equilibrio entre confort y estabilidad, absorbiendo las irregularidades del camino sin sacrificar demasiado la conexión con la carretera.
Diseño y estética
El diseño del Opel Astra de 1998, en su versión de 3 puertas, es un reflejo de la estética automovilística de finales de los 90. Sus líneas son sobrias y funcionales, con una silueta compacta que prioriza la habitabilidad y la facilidad de uso. Con una longitud de 4.110 mm, una anchura de 1.709 mm y una altura de 1.425 mm, sus proporciones son equilibradas. El maletero de 370 litros es generoso para su segmento, ofreciendo una buena capacidad de carga. Aunque no busca ser un coche llamativo, su diseño atemporal le permite envejecer con dignidad, manteniendo una presencia discreta pero reconocible en el paisaje urbano.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Opel Astra 3p Club 1.6 8v de 1998 se ajusta a los estándares de su tiempo. Su motor de gasolina de 1.598 cc con inyección indirecta y 2 válvulas por cilindro es una mecánica probada y fiable. La dirección de cremallera, aunque sin asistencia variable, ofrece una respuesta directa. En cuanto a la seguridad, cuenta con frenos de disco ventilados en el eje delantero y tambores en el trasero, una configuración común en vehículos de su categoría. Aunque carece de las sofisticadas ayudas a la conducción actuales, su tecnología se centra en la funcionalidad y la durabilidad, elementos clave para un coche de uso diario.
Competencia
En su momento, el Opel Astra 3p Club 1.6 8v competía en un segmento muy reñido con modelos como el Volkswagen Golf, el Ford Focus, el Renault Mégane o el Peugeot 306. Cada uno de ellos ofrecía sus propias virtudes, pero el Astra se posicionaba como una opción equilibrada, con un buen compromiso entre precio, equipamiento y fiabilidad. Su motor de 75 CV lo situaba en la parte baja de las motorizaciones de gasolina, ideal para aquellos que buscaban un coche económico de mantener y con un rendimiento suficiente para el día a día.
Conclusión
El Opel Astra 3p Club 1.6 8v de 1998 es un coche que, a pesar de los años, sigue siendo un testimonio de la ingeniería práctica de Opel. Es un vehículo sin grandes lujos, pero con una sólida base mecánica y un diseño funcional que lo hacen un compañero fiable. Su precio accesible en su momento y su eficiencia lo convertían en una opción inteligente para quienes buscaban un transporte personal sin complicaciones. Es un coche que, con el mantenimiento adecuado, puede seguir ofreciendo un servicio leal y sin sobresaltos, demostrando que la sencillez bien ejecutada puede ser una gran virtud.




