Especificaciones y análisis del Opel Astra
Potencia
136CV
Par
188Nm
Consumo
8.5l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9s
Vel. Máx.
208km/h
Peso
1254kg
Precio
16,239€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
370 L
52 L
100 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Opel Astra 3p Sportive 2.0 16v · 136 CV (2000)
Descripción general
El Opel Astra 3p Sportive 2.0 16v de 1998 es un coche que evoca una época de pasión por la conducción. Con su motor de gasolina de 136 CV y una estética deportiva, este Astra prometía emociones al volante y una experiencia de conducción directa y gratificante. Era un vehículo pensado para aquellos que buscaban algo más que un simple medio de transporte, un coche con carácter y un toque de picante.
Experiencia de conducción
Al volante de este Astra, las sensaciones son puras y directas. El motor de 2.0 litros y 136 CV responde con energía, entregando su potencia de forma lineal y con un sonido que invita a subir de revoluciones. La aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos y una velocidad máxima de 208 km/h son cifras respetables para su época, que se traducen en una conducción ágil y divertida. La suspensión, de tipo McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás, ofrece un buen equilibrio entre confort y firmeza, permitiendo disfrutar de las curvas con confianza. La dirección de cremallera, aunque sin asistencia variable, transmite fielmente lo que ocurre bajo las ruedas, conectando al conductor con la carretera de una manera que hoy en día es difícil de encontrar. Es un coche que te hace sentir parte de la máquina, un compañero de aventuras en cada trayecto.
Diseño y estética
El diseño del Opel Astra de 1998, en su versión de 3 puertas, es un reflejo de la estética automovilística de finales de los 90. Sus líneas son limpias y funcionales, con un toque deportivo que se acentúa en la versión Sportive. Las llantas de 16 pulgadas con neumáticos 205/50 R16 V le otorgan una postura más agresiva y una presencia en carretera que no pasa desapercibida. A pesar de sus dimensiones compactas (4110 mm de largo, 1709 mm de ancho y 1425 mm de alto), el diseño logra un equilibrio entre deportividad y practicidad, ofreciendo un habitáculo para cinco ocupantes y un maletero de 370 litros, suficiente para el día a día o escapadas de fin de semana. Es un diseño que, aunque clásico, mantiene su atractivo y su esencia deportiva.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Opel Astra 3p Sportive 2.0 16v de 1998 se sitúa en el contexto de su tiempo. Su motor de gasolina de 1998 cc con inyección indirecta y 4 válvulas por cilindro era una muestra de ingeniería avanzada para la época, ofreciendo una buena relación entre rendimiento y eficiencia. La transmisión manual de 5 velocidades, aunque sencilla, era robusta y precisa, permitiendo al conductor exprimir al máximo las capacidades del motor. En cuanto a la seguridad, contaba con frenos de disco ventilados delanteros y discos traseros, una configuración que garantizaba una frenada eficaz. Si bien carecía de las sofisticadas ayudas a la conducción actuales, su tecnología se centraba en la mecánica y la dinámica de conducción, ofreciendo una experiencia pura y sin filtros.
Competencia
En su momento, el Opel Astra 3p Sportive 2.0 16v se enfrentaba a una dura competencia en el segmento de los compactos deportivos. Sus principales rivales eran modelos como el Volkswagen Golf GTI, el Ford Focus ST, el Renault Mégane Coupé o el Honda Civic VTi. Cada uno de ellos ofrecía su propia interpretación de la deportividad, pero el Astra se destacaba por su equilibrio general, su motor potente y su comportamiento dinámico. Era una opción atractiva para aquellos que buscaban un coche divertido de conducir, con un toque de exclusividad y un precio competitivo.
Conclusión
El Opel Astra 3p Sportive 2.0 16v de 1998 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue conservando su encanto. Es un vehículo que representa una época dorada para los compactos deportivos, donde la conexión entre el conductor y la máquina era primordial. Su motor enérgico, su diseño atemporal y sus sensaciones de conducción directas lo convierten en un clásico moderno, un coche que aún hoy puede arrancar una sonrisa a quien se ponga a sus mandos. Es una pieza de la historia automotriz que merece ser recordada y, para los afortunados que aún lo conservan, disfrutada.




