Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI · 90 CV (2000)

2000
Gasóleo
FWD
Manual 5v
Peugeot 306 - Vista 1
Peugeot 306 - Vista 2
Peugeot 306 - Vista 3
Peugeot 306 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Peugeot 306

Potencia

90CV

Par

205Nm

Consumo

5.2l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

13.2s

Vel. Máx.

180km/h

Peso

1275kg

Precio

15,879

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

440 L

Depósito

60 L

Potencia

66 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima90 CV / 66 kW
Par máximo205 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito60 L
Maletero440 L

Análisis detallado del Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI · 90 CV (2000)

Descripción general

El Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI del año 2000 es un vehículo que, a pesar del paso del tiempo, sigue evocando una sensación de fiabilidad y practicidad. Con su motor diésel de 90 CV, este familiar se presentaba como una opción sensata para quienes buscaban espacio y economía de combustible en una época donde los diésel comenzaban a consolidarse como la elección preferida para largos trayectos.

Experiencia de conducción

Al volante, el 306 Break XT 2.0 HDI ofrecía una experiencia de conducción equilibrada. Sus 90 CV, aunque no prometían emociones fuertes, eran suficientes para mover con soltura el conjunto, especialmente en carretera. La entrega de par a bajas revoluciones, característica de los motores HDI, proporcionaba una respuesta agradable y una buena capacidad de recuperación. La suspensión, típicamente Peugeot, filtraba bien las irregularidades del asfalto, ofreciendo un confort de marcha notable para su segmento y época. La dirección, sin ser la más comunicativa, cumplía su función con precisión, y el cambio manual de 5 velocidades era suave y bien escalonado. En resumen, era un coche que invitaba a viajar con tranquilidad, sin sobresaltos, pero con la confianza de un buen comportamiento dinámico.

Diseño y estética

El diseño del Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI es un reflejo de la estética de finales de los 90 y principios de los 2000. Sus líneas son suaves y fluidas, sin estridencias, buscando la funcionalidad por encima de todo. La carrocería familiar se integraba armoniosamente con el frontal del 306, manteniendo una imagen coherente y atractiva. Los faros delanteros, ligeramente rasgados, le daban un toque de personalidad, mientras que la zaga, con un portón amplio, enfatizaba su vocación práctica. En el interior, la sobriedad era la tónica dominante, con un salpicadero funcional y materiales que, sin ser lujosos, ofrecían una buena sensación de durabilidad. Era un diseño que envejecía con dignidad, sin pasar de moda rápidamente.

Tecnología y características

En el año 2000, el Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI incorporaba una tecnología que, para su tiempo, era bastante avanzada, especialmente en el apartado mecánico. El motor 2.0 HDI con inyección directa por conducto común y turbo era una de las joyas de la corona de Peugeot, ofreciendo una eficiencia y un rendimiento notables para un diésel de su cilindrada. En cuanto a equipamiento, la versión XT solía incluir elementos como aire acondicionado, elevalunas eléctricos y cierre centralizado, comodidades que mejoraban la experiencia a bordo. Aunque carecía de las pantallas táctiles y los sistemas de asistencia a la conducción actuales, su tecnología se centraba en lo esencial, buscando la fiabilidad y la funcionalidad en el día a día.

Competencia

En su segmento, el Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI se enfrentaba a una competencia feroz. Sus principales rivales eran modelos como el Renault Mégane Break, el Ford Focus Wagon, el Opel Astra Caravan y el Volkswagen Golf Variant. Cada uno ofrecía sus propias virtudes, pero el 306 destacaba por su equilibrio entre confort, comportamiento dinámico y la eficiencia de su motor HDI, que era un referente en la época. Su diseño elegante y su reputación de fiabilidad también eran puntos a su favor en un mercado muy disputado.

Conclusión

El Peugeot 306 Break XT 2.0 HDI fue un coche que supo combinar a la perfección la practicidad de una carrocería familiar con la eficiencia y el buen hacer de un motor diésel moderno. Era un compañero de viaje fiable, cómodo y económico, ideal para familias o para quienes necesitaban un espacio de carga generoso sin renunciar a un comportamiento dinámico agradable. Aunque hoy en día sus prestaciones y equipamiento puedan parecer modestos, en su momento fue una opción muy competitiva y valorada, dejando un buen recuerdo entre sus propietarios por su robustez y su capacidad para cumplir con creces las expectativas.