Especificaciones y análisis del Porsche 911
Potencia
408CV
Par
420Nm
Consumo
10.3l/100
Emisiones
242g/km
0-100 km/h
4.4s
Vel. Máx.
305km/h
Peso
1615kg
Precio
226,169€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 7v
RWD
2 / 2 puertas
135 L
64 L
300 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Porsche 911 Speedster PDK · 408 CV (2011)
Descripción general
El Porsche 911 Speedster de 2011 es una joya automovilística, una edición limitada que rinde homenaje a la rica historia de la marca. Con solo 356 unidades producidas, este modelo no es solo un coche, es una pieza de colección que encarna la esencia de la deportividad y la exclusividad de Porsche. Su precio de 226.169 euros en su lanzamiento ya indicaba que no era un vehículo para cualquiera, sino para aquellos que buscan la máxima expresión de un deportivo descapotable.
Experiencia de conducción
Conducir el 911 Speedster es una experiencia visceral. Sus 408 CV, extraídos de un motor bóxer de 3.8 litros, se sienten con una inmediatez asombrosa. La aceleración de 0 a 100 km/h en 4.4 segundos y una velocidad máxima de 305 km/h son cifras que hablan por sí solas. La transmisión automática PDK de siete velocidades es una maravilla de la ingeniería, ofreciendo cambios de marcha instantáneos y suaves que te mantienen pegado al asiento. La dirección hidráulica, precisa y comunicativa, te permite sentir cada matiz del asfalto, mientras que la suspensión, con su configuración McPherson delantera y paralelogramo deformable trasera, garantiza un agarre excepcional y una estabilidad inquebrantable. Es un coche que te invita a devorar curvas, a sentir el viento en la cara y a disfrutar de cada kilómetro con una sonrisa de oreja a oreja.
Diseño y estética
El diseño del 911 Speedster es una declaración de intenciones. Su silueta baja y ancha, con el parabrisas recortado y la doble joroba característica detrás de los asientos, evoca directamente a los Speedster clásicos de Porsche. Las llantas de 19 pulgadas, con neumáticos 235/35 R19 delante y 305/30 R19 detrás, no solo son estéticamente imponentes, sino que también contribuyen a su excepcional agarre. Cada línea, cada curva, está pensada para optimizar la aerodinámica y realzar su carácter deportivo. El interior, aunque minimalista, rezuma calidad y deportividad, con materiales de primera y una ergonomía pensada para el conductor. Es un coche que atrae miradas, un clásico instantáneo que combina la elegancia atemporal con la agresividad de un deportivo de pura raza.
Tecnología y características
A pesar de su estética retro, el 911 Speedster incorpora tecnología de vanguardia para su época. Su motor de inyección directa y admisión variable optimiza la entrega de potencia y la eficiencia. La transmisión PDK de doble embrague es un referente en el segmento, ofreciendo una rapidez y suavidad inigualables. Los frenos de disco ventilados de 350 mm en ambos ejes garantizan una capacidad de detención formidable, a la altura de sus prestaciones. Aunque carece de algunas de las ayudas a la conducción más modernas que encontramos hoy en día, su tecnología se centra en la experiencia de conducción pura, en la conexión entre el hombre y la máquina.
Competencia
En su momento, el Porsche 911 Speedster se enfrentaba a rivales de la talla del Ferrari California, el Aston Martin Vantage Roadster o el Mercedes-Benz SLS AMG Roadster. Sin embargo, el Speedster se desmarcaba por su exclusividad y su enfoque más purista y centrado en la experiencia de conducción. Mientras que otros ofrecían más lujo o una estética más grandilocuente, el Speedster apostaba por la esencia de Porsche: ligereza, potencia y una conexión inigualable con la carretera. Su carácter de edición limitada lo convertía en un objeto de deseo aún mayor, diferenciándolo claramente de sus competidores.
Conclusión
El Porsche 911 Speedster de 2011 es mucho más que un coche; es una obra de arte sobre ruedas, una celebración de la historia y la ingeniería de Porsche. Su exclusividad, su diseño atemporal y sus prestaciones emocionantes lo convierten en un vehículo deseado por coleccionistas y entusiastas por igual. Es un coche que te hace sentir vivo, que te conecta con la carretera de una manera que pocos vehículos pueden lograr. Una inversión emocional y, sin duda, una pieza que seguirá revalorizándose con el tiempo.