Porsche Cayman · 245 CV (2006-2008)

2006
Gasolina
RWD
Manual 5v
Porsche Cayman - Vista 1
Porsche Cayman - Vista 2
Porsche Cayman - Vista 3
Porsche Cayman - Vista 4

Especificaciones y análisis del Porsche Cayman

Potencia

245CV

Par

273Nm

Consumo

9.3l/100

Emisiones

222g/km

0-100 km/h

6.1s

Vel. Máx.

258km/h

Peso

1375kg

Precio

53,478

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

RWD

Plazas

2 / 3 puertas

Maletero

260 L

Depósito

64 L

Potencia

180 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima245 CV / 180 kW
Par máximo273 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito64 L
Maletero260 L

Análisis detallado del Porsche Cayman · 245 CV (2006-2008)

Descripción general

El Porsche Cayman de 2006 irrumpió en la escena automotriz como una propuesta audaz y emocionante, posicionándose entre el Boxster y el icónico 911. Con su motor central y un diseño que destilaba deportividad, prometía una experiencia de conducción pura y visceral, un verdadero deleite para los amantes de la velocidad y la precisión.

Experiencia de conducción

Conducir el Cayman de 2006 es una experiencia que te conecta directamente con la carretera. Sus 245 CV, entregados por un motor de seis cilindros y 2.687 cc, te empujan con una fuerza embriagadora, alcanzando los 100 km/h en solo 6.1 segundos. La dirección es precisa, la suspensión McPherson en ambos ejes te mantiene pegado al asfalto y los frenos de disco ventilados ofrecen una mordida contundente. Cada curva se convierte en una invitación a explorar los límites, con una agilidad y un equilibrio que te hacen sentir parte de la máquina. Es un coche que te pide ser conducido, que te recompensa con sensaciones puras y una banda sonora mecánica que eriza la piel.

Diseño y estética

El diseño del Porsche Cayman de 2006 es una obra de arte atemporal. Sus líneas fluidas y musculosas, con una silueta baja y ancha, transmiten una sensación de velocidad incluso cuando está parado. La parte delantera, con sus faros distintivos, se fusiona armoniosamente con el perfil lateral, donde las tomas de aire laterales no solo son funcionales sino que también añaden un toque de agresividad. La zaga, compacta y bien proporcionada, remata un conjunto que irradia elegancia deportiva y una personalidad inconfundible. Es un coche que gira cabezas, un clásico instantáneo que sigue siendo relevante hoy en día.

Tecnología y características

Aunque el Cayman de 2006 no contaba con las pantallas táctiles y la conectividad de los modelos actuales, su tecnología se centraba en la ingeniería mecánica de precisión. Su motor central trasero longitudinal, con inyección indirecta y admisión variable, era una joya de la ingeniería, ofreciendo un rendimiento excepcional y una respuesta instantánea. La transmisión manual de 5 velocidades, robusta y precisa, permitía un control total sobre la potencia. La suspensión independiente tipo McPherson en ambos ejes, junto con las barras estabilizadoras, garantizaba un comportamiento dinámico ejemplar. Era una tecnología pensada para el conductor, para maximizar el placer de la conducción.

Competencia

En su momento, el Porsche Cayman de 2006 se enfrentaba a rivales de la talla del BMW Z4 Coupé, el Audi TT y el Nissan 350Z. Si bien cada uno ofrecía sus propias virtudes, el Cayman se distinguía por su equilibrio casi perfecto, su motor central que le otorgaba una dinámica superior y la mística de la marca Porsche. Era la opción para aquellos que buscaban un deportivo puro, sin concesiones, con una conexión inigualable entre el conductor y la carretera.

Conclusión

El Porsche Cayman de 2006 es más que un coche; es una declaración de intenciones. Es un deportivo que te invita a vivir cada viaje con intensidad, a sentir la carretera bajo tus pies y a disfrutar de la ingeniería alemana en su máxima expresión. Su diseño atemporal, sus sensaciones de conducción puras y su rendimiento emocionante lo convierten en un clásico moderno, un coche que sigue emocionando y que representa la esencia de lo que significa conducir un Porsche. Es una inversión en pasión, en adrenalina y en la pura alegría de la conducción.