Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé · 460 CV (2010-2012)

2007
Gasolina
RWD
Automático 6v
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Rolls-Royce Phantom - Vista 4

Especificaciones y análisis del Rolls-Royce Phantom

Potencia

460CV

Par

720Nm

Consumo

16.5l/100

Emisiones

385g/km

0-100 km/h

5.8s

Vel. Máx.

240km/h

Peso

2695kg

Precio

512,813

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

RWD

Plazas

4 / 2 puertas

Maletero

315 L

Depósito

80 L

Potencia

338 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima460 CV / 338 kW
Par máximo720 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito80 L
Maletero315 L

Análisis detallado del Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé · 460 CV (2010-2012)

Descripción general

El Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé de 2007 es una declaración de lujo y exclusividad, un vehículo que trasciende la mera automoción para convertirse en una obra de arte rodante. Con su imponente presencia y su capota retráctil, este modelo no solo ofrece un viaje, sino una experiencia sensorial inigualable, diseñada para aquellos que buscan lo extraordinario en cada detalle.

Experiencia de conducción

Conducir o ser transportado en el Phantom Drophead Coupé es sumergirse en un oasis de calma y sofisticación. El motor V12 de 6.7 litros y 460 CV entrega su potencia con una suavidad asombrosa, casi imperceptible, mientras que la suspensión neumática aísla a los ocupantes del mundo exterior, flotando sobre el asfalto. La aceleración de 0 a 100 km/h en 5.8 segundos es impresionante para un coche de su tamaño, pero lo que realmente cautiva es la sensación de poder ilimitado y refinamiento absoluto. Cada viaje se convierte en un evento, una oportunidad para disfrutar del silencio, la comodidad y el lujo sin parangón.

Diseño y estética

El diseño del Phantom Drophead Coupé es una oda a la elegancia atemporal y la artesanía británica. Sus líneas majestuosas, la icónica parrilla 'Parthenon' y el Espíritu del Éxtasis que corona el capó, son inconfundibles. La capota de lona, que se pliega con una gracia hipnótica, transforma el coche de un coupé señorial a un descapotable que invita a disfrutar del cielo abierto. El interior es un santuario de materiales nobles: maderas pulidas a mano, cueros de la más alta calidad y detalles metálicos que brillan con discreción. Cada elemento está pensado para deleitar la vista y el tacto, creando un ambiente de opulencia serena.

Tecnología y características

A pesar de su estética clásica, el Phantom Drophead Coupé incorpora tecnología avanzada para mejorar la experiencia de conducción y el confort. Su motor V12 de inyección directa, acoplado a una transmisión automática de 6 velocidades, garantiza un rendimiento impecable. La dirección asistida hidráulicamente con sensibilidad a la velocidad ofrece una precisión sorprendente para un vehículo de su envergadura. Los sistemas de suspensión adaptativa y los frenos de disco ventilados de gran tamaño aseguran una dinámica de conducción segura y controlada, mientras que el aislamiento acústico y térmico de la capota demuestran una ingeniería excepcional.

Competencia

En el exclusivo segmento de los descapotables de ultra lujo, el Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé se enfrenta a pocos pero formidables rivales. Modelos como el Bentley Continental GTC o el Mercedes-Benz Clase S Cabriolet pueden ofrecer lujo y rendimiento, pero ninguno logra replicar la majestuosidad y la exclusividad que emana el Rolls-Royce. Su verdadera competencia reside en la capacidad de ofrecer una experiencia que va más allá de las especificaciones, apelando a un estilo de vida y a un estatus que pocos pueden igualar.

Conclusión

El Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé de 2007 es mucho más que un automóvil; es una declaración de intenciones, un símbolo de éxito y un testamento a la artesanía sin compromisos. Su combinación de diseño atemporal, lujo superlativo y una experiencia de conducción inigualable lo convierte en un clásico instantáneo y en un objeto de deseo para los verdaderos conocedores. Es un coche que no solo se conduce, sino que se vive, dejando una huella imborrable en cada viaje.