Especificaciones y análisis del Rover 75
Potencia
116CV
Par
260Nm
Consumo
6.9l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13.2s
Vel. Máx.
190km/h
Peso
1530kg
Precio
31,828€
Resumen técnico
Gasóleo
Automático 5v
FWD
5 / 4 puertas
432 L
65 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Rover 75 2.0 CDT Club (116 CV) Aut. · 116 CV (2001-2003)
Descripción general
El Rover 75 2.0 CDT Club de 2001 es una berlina que evoca una época de elegancia y distinción británica. Con su motor diésel de 116 CV y transmisión automática, prometía un viaje confortable y refinado, ideal para quienes buscaban un toque de lujo accesible en el segmento de las berlinas medias. Su diseño clásico y su enfoque en el confort lo diferenciaban de sus competidores más deportivos o pragmáticos.
Experiencia de conducción
Al volante del Rover 75, la sensación predominante es de calma y suavidad. La suspensión, de tipo McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, está ajustada para absorber las irregularidades del camino con maestría, ofreciendo un confort de marcha excepcional. El motor diésel, aunque no es un derroche de potencia con sus 116 CV, entrega su par de 260 Nm a bajas revoluciones (2000 rpm), lo que se traduce en una respuesta progresiva y relajada, perfecta para viajes largos. La dirección de cremallera, sin ser excesivamente comunicativa, cumple su función con precisión. La aceleración de 0 a 100 km/h en 13.2 segundos y una velocidad máxima de 190 km/h no lo convierten en un coche deportivo, sino en un compañero de viaje sereno y capaz. El consumo combinado de 6.9 l/100km es razonable para la época y el tipo de vehículo.
Diseño y estética
El diseño del Rover 75 es, sin duda, uno de sus puntos más fuertes y distintivos. Inspirado en la tradición automovilística británica, presenta líneas clásicas y elegantes que le otorgan una presencia atemporal. La carrocería berlina de cuatro puertas, con sus 4747 mm de longitud, 1778 mm de anchura y 1424 mm de altura, proyecta una imagen de solidez y sofisticación. Los detalles cromados, la parrilla frontal característica y los faros redondos contribuyen a su estética retro-moderna. En el interior, la atmósfera es igualmente refinada, con materiales de calidad y un diseño que prioriza la ergonomía y el confort de los cinco ocupantes. El maletero de 432 litros es adecuado para el uso diario y los viajes.
Tecnología y características
En el año 2001, el Rover 75 incorporaba una tecnología que, si bien no era vanguardista, sí estaba a la altura de lo esperado en su segmento. Su motor diésel de 1951 cc con inyección directa por conducto común, turbo e intercooler, era una muestra de eficiencia para la época. La transmisión automática de 5 velocidades ofrecía cambios suaves y contribuía al confort de la conducción. En cuanto a la seguridad, contaba con frenos de disco ventilados de 284 mm delante y discos de 280 mm detrás, garantizando una frenada eficaz. Aunque no se especifican sistemas de asistencia a la conducción avanzados, su chasis con suspensiones independientes y barras estabilizadoras en ambos ejes proporcionaba una buena estabilidad y control.
Competencia
En su momento, el Rover 75 competía en el segmento de las berlinas medias-altas, enfrentándose a modelos como el BMW Serie 3, el Audi A4, el Mercedes-Benz Clase C o el Volvo S60. Si bien estos rivales podían ofrecer un enfoque más deportivo o una tecnología más avanzada en algunos aspectos, el Rover 75 se distinguía por su marcado carácter clásico, su confort de marcha superior y su elegancia británica, atrayendo a un público que valoraba la distinción y la suavidad por encima de las prestaciones puras.
Conclusión
El Rover 75 2.0 CDT Club de 2001 es un coche que, a pesar de los años, sigue conservando un encanto especial. Es una berlina que prioriza el confort, la elegancia y la suavidad en la conducción. Su diseño atemporal y su interior acogedor lo convierten en una opción interesante para quienes buscan un vehículo con carácter y una experiencia de viaje relajada. Aunque sus prestaciones no son las más elevadas, su motor diésel ofrece un buen equilibrio entre rendimiento y consumo, y su transmisión automática facilita la conducción. Es un coche para disfrutar del camino, con un toque de distinción que lo hace único.




