Saab 9-3 2.2 TID 5p · 116 CV (1998-2000)

1998
Gasóleo
FWD
Manual 5v
Saab 9-3 - Vista 1
Saab 9-3 - Vista 2
Saab 9-3 - Vista 3
Saab 9-3 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Saab 9-3

Potencia

116CV

Par

260Nm

Consumo

6.2l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

10.9s

Vel. Máx.

200km/h

Peso

1350kg

Precio

23,980

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

494 L

Depósito

64 L

Potencia

85 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima116 CV / 85 kW
Par máximo260 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito64 L
Maletero494 L

Análisis detallado del Saab 9-3 2.2 TID 5p · 116 CV (1998-2000)

Descripción general

El Saab 9-3 2.2 TID de 1998 es un vehículo que encarna la esencia de la marca sueca: seguridad, innovación y un toque de distinción. Este modelo, con su motor diésel de 116 CV, se presentaba como una opción robusta y eficiente para aquellos que buscaban algo más que un simple medio de transporte. Era un coche que prometía viajes cómodos y seguros, con la fiabilidad que se esperaba de Saab.

Experiencia de conducción

Al volante del Saab 9-3 2.2 TID, la sensación de solidez y control es inmediata. El motor diésel, aunque no es un derroche de potencia, ofrece un par motor de 260 Nm a 1900 rpm que permite una respuesta adecuada en la mayoría de las situaciones. La aceleración de 0 a 100 km/h en 10.9 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h son cifras respetables para la época. La suspensión, tipo McPherson delante y de rueda tirada con elemento torsional detrás, proporciona un equilibrio entre confort y estabilidad, absorbiendo bien las irregularidades del camino sin sacrificar la sensación de conexión con la carretera. La dirección, aunque no se especifica su tipo, contribuye a una conducción predecible y segura. Es un coche que invita a devorar kilómetros con tranquilidad.

Diseño y estética

El diseño del Saab 9-3 de 1998 es inconfundiblemente Saab. Sus líneas fluidas y aerodinámicas, con una carrocería de 5 puertas, le otorgan una presencia elegante y atemporal. La longitud de 4639 mm y una anchura de 1711 mm le confieren una planta sólida y bien proporcionada. El interior, aunque no se detalla, se caracterizaba por la ergonomía y la calidad de los materiales, con un salpicadero orientado al conductor y una disposición lógica de los controles. El maletero de 494 litros es generoso, lo que lo convierte en un compañero ideal para viajes largos o para el día a día familiar. Es un diseño que, sin ser ostentoso, irradia una sofisticación discreta y funcional.

Tecnología y características

En el ámbito tecnológico, el Saab 9-3 2.2 TID de 1998 incorporaba soluciones avanzadas para su tiempo. El motor diésel de 2172 cc, con inyección directa, turbo e intercooler, era un ejemplo de eficiencia y rendimiento. La culata de aluminio y el bloque de hierro combinaban ligereza y resistencia. Aunque no se mencionan sistemas de infoentretenimiento modernos, Saab siempre se destacó por su enfoque en la seguridad activa y pasiva. La transmisión manual de 5 velocidades ofrecía un control preciso sobre la entrega de potencia. La suspensión independiente en el eje delantero y la dirección asistida contribuían a una experiencia de conducción refinada y segura. Era un coche que, sin alardes, integraba tecnología pensada para el bienestar del conductor y los pasajeros.

Competencia

En su segmento, el Saab 9-3 2.2 TID de 1998 competía con modelos como el BMW Serie 3, el Audi A4 y el Mercedes-Benz Clase C. Frente a ellos, el Saab ofrecía una alternativa con un carácter más distintivo y una filosofía de diseño y seguridad propia. Mientras que los rivales alemanes podían destacar por su deportividad o su lujo más explícito, el Saab se posicionaba como una opción más intelectual, con un enfoque en la funcionalidad, la seguridad y una experiencia de conducción única. Su motor diésel ofrecía una buena relación entre prestaciones y consumo, lo que lo hacía competitivo en el mercado de los sedanes premium.

Conclusión

El Saab 9-3 2.2 TID de 1998 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue evocando una sensación de calidad y distinción. Es un vehículo que combina la robustez de la ingeniería sueca con un diseño atemporal y una experiencia de conducción gratificante. Su motor diésel, eficiente y fiable, lo convierte en una opción interesante para aquellos que buscan un clásico con un toque de modernidad. Es un coche que no solo te lleva de un punto A a un punto B, sino que te hace disfrutar del viaje, con la tranquilidad de saber que estás al volante de un vehículo con carácter y una historia rica en innovación.