Especificaciones y análisis del Saab 9-3
Potencia
116CV
Par
260Nm
Consumo
6.2l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
10.9s
Vel. Máx.
200km/h
Peso
1350kg
Precio
26,234€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
494 L
64 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé · 116 CV (1998-2000)
Descripción general
El Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé de 1998 es un vehículo que encarna la esencia de la marca sueca, ofreciendo una propuesta distintiva en el segmento de los coupés. Con su motor diésel de 116 CV, este modelo buscaba combinar eficiencia y un toque de deportividad, manteniendo la seguridad y el confort que caracterizan a Saab. Su diseño atemporal y su enfoque en la experiencia de conducción lo convierten en un coche con un encanto particular, ideal para quienes buscan algo diferente y con personalidad.
Experiencia de conducción
Al volante del Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé, la sensación es de solidez y control. El motor diésel, aunque no es un derroche de potencia, entrega sus 116 CV de forma progresiva, con un par motor de 260 Nm disponible desde las 1900 rpm que facilita los adelantamientos y la conducción en carretera. La aceleración de 0 a 100 km/h en 10.9 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h son cifras respetables para la época y el tipo de motorización. La suspensión, de tipo McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás, ofrece un buen equilibrio entre confort y estabilidad, absorbiendo las irregularidades del terreno sin sacrificar la conexión con la carretera. La dirección, aunque no es la más directa, transmite confianza, y los frenos de disco ventilados delanteros y discos traseros garantizan una detención eficaz. Es un coche que invita a disfrutar de los viajes largos, con un habitáculo bien insonorizado y una ergonomía pensada para el conductor.
Diseño y estética
El diseño del Saab 9-3 Coupé es inconfundiblemente Saab, con líneas limpias y una silueta que combina elegancia y un toque deportivo. La carrocería coupé de tres puertas le otorga una presencia más dinámica y juvenil en comparación con la versión sedán. Los faros delanteros, característicos de la marca, se integran armoniosamente en el frontal, mientras que la parrilla, aunque discreta, mantiene la identidad de Saab. La parte trasera es robusta y bien proporcionada, con pilotos que refuerzan la anchura del vehículo. En el interior, el diseño es funcional y ergonómico, con un salpicadero orientado al conductor y una disposición de los mandos intuitiva. Los materiales, aunque no lujosos, son de buena calidad y el ajuste entre las piezas es preciso, transmitiendo una sensación de durabilidad. El espacio interior es generoso para los ocupantes delanteros, y las plazas traseras, aunque más justas en un coupé, son utilizables para trayectos cortos. El maletero, con 494 litros, es sorprendentemente amplio para un coupé, lo que añade un punto de practicidad a su diseño.
Tecnología y características
En 1998, el Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé incorporaba una tecnología que, si bien no era vanguardista, sí era funcional y orientada a la seguridad y el confort. El motor diésel de 2.2 litros con inyección directa, turbo e intercooler era una opción eficiente para la época, ofreciendo un consumo combinado de 6.2 l/100km. La transmisión manual de 5 velocidades era la opción estándar, proporcionando un control directo sobre la entrega de potencia. En cuanto a seguridad, Saab siempre ha sido pionera, y este modelo no era una excepción, con una estructura de carrocería robusta y sistemas de seguridad pasiva bien desarrollados. Aunque no contaba con las ayudas a la conducción modernas, su enfoque en la seguridad estructural y la ergonomía del puesto de conducción contribuían a una experiencia de manejo segura. El equipamiento de confort incluía elementos como el aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un sistema de sonido, que hacían los viajes más agradables.
Competencia
En su segmento y época, el Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé se enfrentaba a rivales como el BMW Serie 3 Coupé, el Audi A3 (aunque más compacto) o el Volvo C70. Frente a ellos, el Saab ofrecía una alternativa con un carácter más excéntrico y una filosofía de diseño y seguridad distintiva. Mientras que los rivales alemanes apostaban por una deportividad más marcada o un lujo más evidente, el Saab se posicionaba como un coche para aquellos que valoraban la individualidad, la seguridad y una experiencia de conducción diferente, con un toque de sofisticación nórdica. Su motor diésel lo diferenciaba de muchos coupés de la época, que solían optar por motores de gasolina más potentes.
Conclusión
El Saab 9-3 SE 2.2 TID Coupé de 1998 es un coche con alma, una máquina que representa la ingeniería y el diseño sueco en su máxima expresión. No es el más rápido ni el más lujoso, pero ofrece una combinación única de seguridad, confort, eficiencia y un diseño que sigue atrayendo miradas. Es un vehículo para quienes aprecian la calidad de construcción, la ergonomía bien pensada y la sensación de conducir algo diferente. Su motor diésel, aunque modesto en potencia, es un compañero fiable para el día a día y los viajes largos, con un consumo contenido. En definitiva, el 9-3 Coupé es un clásico moderno que sigue ofreciendo una experiencia de conducción gratificante y distintiva.




