Saab 9-5 Sedán 2.0t Ecopower (150CV) Linear Aut. · 150 CV (2001-2005)

2002
Gasolina
FWD
Automático 5v
Saab 9-5 - Vista 1
Saab 9-5 - Vista 2
Saab 9-5 - Vista 3
Saab 9-5 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Saab 9-5

Potencia

150CV

Par

240Nm

Consumo

10.3l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

11.6s

Vel. Máx.

210km/h

Peso

1645kg

Precio

32,250

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

500 L

Depósito

75 L

Potencia

110 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima150 CV / 110 kW
Par máximo240 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito75 L
Maletero500 L

Análisis detallado del Saab 9-5 Sedán 2.0t Ecopower (150CV) Linear Aut. · 150 CV (2001-2005)

Descripción general

El Saab 9-5 Sedán 2.0t Ecopower de 2002 es una berlina que encarna la esencia de la marca sueca: seguridad, confort y un toque de distinción. Con su motor turbo de 150 CV y cambio automático, prometía una experiencia de conducción suave y refinada, ideal para quienes buscaban algo diferente en el segmento de las berlinas premium.

Experiencia de conducción

Al volante, el Saab 9-5 ofrecía una sensación de solidez y aplomo. Su motor 2.0t Ecopower, aunque no era un derroche de potencia, entregaba sus 150 CV de forma progresiva gracias al turbo, lo que se traducía en una aceleración suave y recuperaciones decentes para su época. La caja de cambios automática de 5 velocidades contribuía a una conducción relajada, ideal para viajes largos. La suspensión, orientada al confort, filtraba bien las irregularidades del asfalto, aunque en curvas exigentes se notaba un balanceo moderado. La dirección, precisa y con buen tacto, permitía guiar el coche con confianza. En definitiva, era un coche para disfrutar de la carretera con tranquilidad, sin prisas, pero con la capacidad de responder cuando se le pedía.

Diseño y estética

El diseño del Saab 9-5 de 2002 era inconfundiblemente Saab. Sus líneas fluidas y elegantes, con una silueta aerodinámica, le otorgaban una presencia sobria pero distintiva. El frontal, con la característica parrilla y los faros alargados, le daban un aire sofisticado. La zaga, con sus pilotos envolventes, completaba un conjunto armonioso. En el interior, la ergonomía era una prioridad, con un salpicadero orientado al conductor y una disposición de los mandos lógica. Los materiales, de buena calidad, y los acabados cuidados, transmitían una sensación de lujo discreto. El Night Panel, una función que apagaba la iluminación del cuadro de instrumentos excepto el velocímetro, era un detalle innovador que realzaba su personalidad única.

Tecnología y características

En 2002, el Saab 9-5 incorporaba tecnología avanzada para su segmento. El motor 2.0t Ecopower con turbo e intercooler era un ejemplo de eficiencia y rendimiento. La inyección indirecta y la culata de aluminio contribuían a su buen funcionamiento. En cuanto a seguridad, contaba con ABS, control de tracción y múltiples airbags. El sistema de climatización automático, el control de crucero y el ordenador de a bordo eran elementos que mejoraban la experiencia de viaje. Aunque no disponía de las pantallas táctiles y la conectividad de los coches actuales, su equipamiento tecnológico estaba a la altura de las expectativas de la época, ofreciendo confort y seguridad a sus ocupantes.

Competencia

En el mercado de las berlinas premium, el Saab 9-5 se enfrentaba a duros competidores como el BMW Serie 5, el Mercedes-Benz Clase E y el Audi A6. También rivalizaba con modelos como el Volvo S80, con el que compartía una filosofía similar de seguridad y confort. Frente a ellos, el Saab 9-5 ofrecía una alternativa más exclusiva y con un carácter propio, alejado de las opciones más convencionales. Su enfoque en la seguridad, la ergonomía y un diseño distintivo lo hacían atractivo para un público que buscaba algo diferente.

Conclusión

El Saab 9-5 Sedán 2.0t Ecopower de 2002 fue una berlina que supo combinar la elegancia sueca con un rendimiento equilibrado y un alto nivel de confort. Era un coche para disfrutar de la conducción, con una personalidad marcada y un interior acogedor. Aunque no era el más deportivo de su categoría, su motor turbo y su cambio automático ofrecían una experiencia de viaje placentera y segura. Un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue evocando la esencia de una marca que dejó una huella imborrable en la historia del automóvil.