Saab 9-5 Sedán 2.3T Ecopower (220 CV) Arc Aut. · 220 CV (2003-2004)

2002
Gasolina
FWD
Automático 5v
Saab 9-5 - Vista 1
Saab 9-5 - Vista 2
Saab 9-5 - Vista 3
Saab 9-5 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Saab 9-5

Potencia

220CV

Par

310Nm

Consumo

10.3l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

8.7s

Vel. Máx.

230km/h

Peso

-kg

Precio

39,850

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

500 L

Depósito

75 L

Potencia

162 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima220 CV / 162 kW
Par máximo310 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito75 L
Maletero500 L

Análisis detallado del Saab 9-5 Sedán 2.3T Ecopower (220 CV) Arc Aut. · 220 CV (2003-2004)

Descripción general

El Saab 9-5 Sedán 2.3T Ecopower Arc Aut. de 2002 es una berlina que encarna la esencia de la marca sueca: seguridad, confort y un toque de distinción. Con su motor de 220 CV y transmisión automática, prometía una experiencia de conducción suave pero potente, ideal para quienes buscaban algo diferente en el segmento de las berlinas de lujo.

Experiencia de conducción

Al volante del Saab 9-5, la sensación es de solidez y aplomo. El motor 2.3T Ecopower, con sus 220 CV, ofrece una respuesta contundente desde bajas revoluciones gracias a su turbo, empujando con decisión sin ser brusco. La caja de cambios automática de 5 velocidades, aunque no es la más rápida, prioriza la suavidad y el confort en la marcha. La suspensión, de tipo McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, filtra bien las irregularidades del asfalto, proporcionando un viaje cómodo, aunque sin la agilidad de algunos de sus rivales más deportivos. La dirección, precisa pero no excesivamente comunicativa, contribuye a una conducción relajada y segura, perfecta para largos viajes. Es un coche que invita a disfrutar del camino con tranquilidad, sintiendo la calidad de su construcción.

Diseño y estética

El diseño del Saab 9-5 de 2002 es inconfundiblemente Saab. Sus líneas fluidas y elegantes, con una silueta que combina la funcionalidad con la estética, lo distinguen de la competencia. El frontal, con la característica parrilla y los faros alargados, le confiere una mirada seria y sofisticada. La zaga, con sus pilotos envolventes, mantiene la coherencia estética. En el interior, la ergonomía es clave, con un salpicadero orientado al conductor y una disposición de los controles que, aunque peculiar para algunos, resulta intuitiva para los habituados a la marca. Los materiales, de buena calidad, y los acabados cuidados, refuerzan la sensación de un coche bien hecho y pensado para durar. Es un diseño que, sin ser ostentoso, irradia una elegancia atemporal y una personalidad propia.

Tecnología y características

En 2002, el Saab 9-5 incorporaba tecnología avanzada para su época. El motor 2.3T Ecopower, con inyección indirecta, turbo e intercooler, era un ejemplo de la ingeniería sueca para combinar rendimiento y eficiencia. La transmisión automática de 5 velocidades, aunque no de doble embrague, ofrecía un funcionamiento suave y fiable. En cuanto a seguridad, Saab siempre fue pionera, y este modelo no era una excepción, con sistemas de seguridad activa y pasiva que buscaban proteger a los ocupantes. El habitáculo contaba con elementos como el Night Panel, que permitía apagar la iluminación del salpicadero salvo la información esencial, una característica distintiva de Saab que buscaba reducir distracciones en la conducción nocturna. Aunque no disponía de las pantallas táctiles y la conectividad de los coches actuales, su tecnología se centraba en la funcionalidad y la seguridad.

Competencia

En su segmento, el Saab 9-5 competía con berlinas de prestigio como el BMW Serie 5, el Mercedes-Benz Clase E y el Audi A6. Frente a ellos, el Saab ofrecía una alternativa con un carácter más individualista y un enfoque diferente en cuanto a diseño y filosofía. Mientras que los alemanes destacaban por su deportividad o su lujo más tradicional, el Saab apostaba por la seguridad, la ergonomía y un diseño más sobrio y funcional, con un toque de excentricidad que lo hacía único. Su motor turbo de 220 CV lo situaba en un buen nivel de prestaciones, aunque quizás no con la misma agilidad dinámica que algunos de sus competidores bávaros.

Conclusión

El Saab 9-5 Sedán 2.3T Ecopower Arc Aut. de 2002 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue manteniendo su encanto. Es una berlina que ofrece un equilibrio entre confort, seguridad y unas prestaciones más que suficientes para el día a día y los viajes largos. Su diseño distintivo y su enfoque en la ergonomía y la seguridad lo convierten en una opción interesante para aquellos que buscan un coche con personalidad y que se aleje de lo convencional. Es un testimonio de la ingeniería sueca, un coche que, aunque ya no se fabrica, sigue siendo apreciado por su calidad y su carácter único.